Los gremios del transporte realizaron ayer un paro de tres horas para reclamar el pago de un bono de fin de año y la elevación del piso no imponible del Impuesto a las Ganancias. La medida paralizó la circulación de colectivos y trenes que conectan la ciudad y el Gran Buenos Aires entre las 4 y las 7 de la mañana, afectó al transporte de carga y la actividad marítimo-portuaria, y se tradujo en demoras y cancelaciones de vuelos en el Aeroparque Jorge Newbery y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. En la línea D del subte, por la extensión de las asambleas, el servicio se restableció pasadas las 10. Los dirigentes que impulsaron el paro destacaron la “alta adhesión” y se disculparon por el perjuicio a los usuarios. El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, dijo que fue una medida “contra los trabajadores que menos ganan” y afirmó que “hay una dirigencia sindical que es parte del problema y no de la solución”. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, consideró “llamativo” que “el paro se desa-rrolló en uno de los sectores que mayor cantidad de subsidios reciben del Estado nacional”.

El titular del gremio de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid, destacó la “alta adhesión” a la medida, que adjudicó al “malestar” producto de que “alrededor del 90 por ciento (de los trabajadores del sector) no van a cobrar el aguinaldo a fin de año porque Ganancias se lo lleva todo”. El secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, coincidió en celebrar la adhesión, pidió “disculpas” a los trabajadores afectados, consideró innecesario un paro general y adelantó que la próxima semana “entre los 22 sindicatos (del transporte) vamos a resolver en conjunto” cómo continuar con los reclamos. “Seguramente, comparado con otros gremios ganamos más, pero no podemos perder el aguinaldo y las vacaciones”, explicó. El jefe del cuerpo de delegados de la línea Sarmiento de la Unión Ferroviaria, Rubén Sobrero, le reclamó al Gobierno “que en vez de criticarnos nos dé una respuesta, porque la responsabilidad de que estemos protestando es de ellos”. Aclaró que hay “compañeros que exigen paro de 48 horas”, pero que se decidió “parar cuatro para no joder tanto a la gente”.

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, les reclamó a los empleados del transporte “ser solidarios con el conjunto del pueblo argentino”, al evaluar que “los principales perjudicados” por el paro eran “los trabajadores”. Y recordó que “gracias a la recaudación” impositiva se pueden “generar obras de infraestructura” que permiten “mejoras para los que necesitan trasladarse a sus lugares de trabajo”. “En materia ferroviaria se ha hecho la inversión más grande en los últimos cincuenta años”, aseguró.

El ministro Randazzo afirmó que la medida fue “contra los trabajadores que menos ganan” ya que “muchos se vieron impedidos de ir a trabajar” y “perdieron el presentismo”, en tanto otros “volvían y se encontraron con este paro”. “Hay una dirigencia sindical que es parte del problema y no de la solución”, afirmó el ministro y precandidato del FpV. “Es parte del pasado y no del futuro que imaginamos el conjunto de los argentinos”, sostuvo, y apeló a “la responsabilidad y la madurez que muchas veces no tienen los dirigentes sindicales, que viven alejados de la realidad de los trabajadores”.

“Es un sector cuyos salarios e ingresos tienen que ver con un subsidio, que a su vez hace que el transporte sea barato para que esté a disposición de todos los trabajadores”, afirmó, por su parte, Tomada. El ministro de Trabajo consideró “curioso” que el paro lo realizaran “gremios minoritarios”. “Estos pequeños sectores lo que plantean es que el Estado recaude menos, que el Estado disponga de menos recursos para los subsidios que le permiten a esa actividad tener los sueldos que tiene. Es por lo menos una paradoja”, enfatizó. Por último, pidió que se “reflexione” para no “hacerles el juego” a sectores que “seguramente tendrían mucha menos consideración por tener un transporte al alcance de todos”.