EL MUNDO › EL GOBIERNO DE KIEV Y LOS REBELDES PRORRUSOS SUSPENDIERON LAS NEGOCIACIONES EN BIELORRUSIA

Termina la tregua y vuelve la guerra a Ucrania

Con la excepción de un intercambio de prisioneros, las partes no alcanzaron acuerdos concretos sobre la retirada del armamento pesado de la línea de contacto entre los dos bandos y la apertura de corredores para cargas humanitarias.

Se rompió la frágil negociación de paz entre el gobierno de Ucrania y los separatistas prorrusos luego de que la reunión entre las partes, prevista para ayer en Minsk, fuera cancelada. “Los representantes de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk no tomaremos parte en las negociaciones de este viernes”, fue el escueto anuncio del negociador jefe de los sublevados de Lugansk, Vladislav Deinego, citado por las agencias rusas.

En relación con una eventual fecha de un próximo encuentro, el portavoz señaló que ésta “depende de los miembros de grupo”, aunque Bielorrusia sigue dispuesta a aportar un terreno para las negociaciones. La cancelación de esta segunda reunión del Grupo de Contacto de Minsk –formato en el que negocian los dos bandos en la conflictiva región oriental ucraniana, con mediación de Rusia y la OSCE–, fue confirmada por el secretario de prensa de la Cancillería bielorrusa, Dmitri Mironchik.

El anuncio se produce un día después del acuerdo entre las partes sobre el intercambio de prisioneros, el mayor desde el inicio de las hostilidades en abril: 225 separatistas contra 150 ucranianos. Sin embargo, los rebeldes reclaman la reactivación de la financiación de las zonas bajo su control, que fue cortada por Kiev a mediados de noviembre, y un estatus especial que dé mayor autonomía a las regiones de Donetsk y Lugansk.

El jueves, los separatistas, como el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, en sus siglas en ucraniano, la antigua KGB), habían confirmado la vigencia del acuerdo sobre los prisioneros, que ayer se efectivizó de acuerdo con lo previsto, según informó la agencia de noticias Interfax. La agencia rusa confirmó que Ucrania canjeó 150 soldados gubernamentales a cambio de 222 milicianos separatistas y que el canje fue presidido por el emisario de Kiev, Víctor Medvedchuk, y el ministro de Defensa de la República Popular de Donetsk, Vladimir Kononov.

Con la excepción de este intercambio, las partes no alcanzaron acuerdos concretos sobre el resto de la agenda anunciada por la OSCE antes de la reunión del jueves, entre ellos la retirada del armamento pesado de la línea de contacto entre los dos bandos y la apertura de corredores para cargas humanitarias. Aunque el repliegue del armamento pesado y la creación de una zona de seguridad de 30 kilómetros fue sellado en el Memorando de Minsk el pasado 20 de septiembre, a más de tres meses este acuerdo sigue sin ser una realidad.

El Estado Mayor de las fuerzas armadas de Ucrania destacó ayer que comenzará a retirar su artillería del frente únicamente cuando transcurran al menos 48 horas seguidas del cumplimiento del alto el fuego. Sin embargo, el presidente de la República de Donetsk, Alexander Zajarshenko, afirmó que Ucrania pretende hacer fracasar las negociaciones de paz al preparar una gran ofensiva sobre las zonas controladas por los separatistas. Por ahora, y a pesar de que desde el 9 de diciembre rige una incumplida nueva tregua entre las fuerzas de Kiev y los separatistas, ambos bandos se acusan de continuas violaciones del acuerdo.

Casi 5000 personas, entre civiles y combatientes, murieron en el este de Ucrania desde mediados del pasado mes de abril, cuando estalló el conflicto armado luego de la sublevación en esas dos regiones del país, fronterizas con Rusia. Para los rebeldes, la responsabilidad es de Kiev: “El jueves nos pusimos de acuerdo sobre una declaración para el encuentro en Minsk y enviamos propuestas a la OSCE, pero no hubo ninguna reacción a nuestro proyecto”, aseguró Denis Puchilin, el emisario de Donetsk a la agencia oficial separatista.

El hecho cierra una complicada semana en el conflicto –iniciado a principios de 2014–, luego de que Kiev anunciara el martes la renuncia de su estatus de país no alineado y sus intenciones de acercarse a la OTAN, lo que fue calificado por Moscú como “peligroso para Europa”.

Así lo señaló el canciller ruso Serguei Lavrov, para quien estos esfuerzos “son peligrosos, no sólo para el pueblo ucraniano –porque no hay unidad sobre este asunto–, sino también para la seguridad de toda Europa”, según afirmó a la televisión estatal.

La frágil tregua tiembla y aunque el incipiente repliegue del armamento pesado y la creación de una zona de seguridad de 30 kilómetros fueron sellados en el Memorando de Minsk (el pasado 20 de septiembre), más de tres meses después este acuerdo sigue sin concretarse.

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Prisioneros de la milicia separatista vigilados por un soldado ucraniano participan del intercambio cerca de Donetsk.
Imagen: AFP
 
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