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El general retirado Pedro Barneix se suicidó ayer en Montevideo cuando la policía se presentó en su casa de Pocitos para llevarlo a prisión, luego de que la jueza Beatriz Larrieu decidiera procesarlo, por el delito de homicidio político, por la muerte de Aldo Perrini, detenido político y asesinado en 1974 en el Batallón de Infantería Nº 4 de Colonia. El coronel retirado Guillermo Cedrez, presidente del Centro Militar, institución social que reúne a oficiales retirados del ejército y de la cual Barneix era socio, comentó que al militar lo fueron a buscar para detenerlo y pidió que le dieran un momento. Luego, el general retirado se fue a un dormitorio y se pegó un tiro.

Perrini fue arrestado el 26 de febrero de 1974 por personal militar y trasladado al Batallón de Infantería Número 4 de Colonia, donde falleció el 4 de marzo de 1974. En su resolución de procesamiento, Larrieu establece que Perrini murió como consecuencia de los golpes recibidos cuando era interrogado bajo tortura por Barneix, que entonces tenía el grado de capitán, y otros militares en un cuartel del ejército. En su declaración en sede judicial, el militar retirado no admitió ante la jueza su culpabilidad en ese asesinato. “Cuarenta o cincuenta años después, seguimos agitando fantasmas del pasado y los fantasmas del pasado están provocando muertes en el presente”, dijo el coronel Cedrez. El militar dijo que “los militares seguimos siendo juzgados de modos distintos al resto de los uruguayos. Barneix, por ejemplo, fue procesado por un hecho de 1974 bajo una figura penal de ‘homicidio político’ que existe recién desde 2006”.

Oscar López Goldaracena, abogado de la familia Perrini, dijo a la prensa que existían pruebas concluyentes de la responsabilidad de Barneix en la muerte de Perrini. “El desenlace que me imaginaba es que se procesara con prisión. Pero los suicidios indudablemente impactan. No es la primera vez que un militar en Uruguay, cuando es acusado en el momento que lo van a detener, se suicida”, señaló López. En 2006, el coronel retirado uruguayo Juan Antonio Rodríguez Buratti, investigado por delitos contra los derechos humanos, se disparó un tiro en la cabeza cuando la policía iba a detenerlo y murió poco después.

Por el caso Perrini también fue procesado con prisión el coronel retirado José Puigvert. “La causa en relación con Barneix queda sin efecto con su muerte. Lo que continúa es el caso contra Puigvert”, dijo el juez Raúl Oxandabarat, vocero de Poder Judicial. Barneix compareció durante los últimos cinco años por el crimen de Perrini, causa en la que se había pedido su procesamiento judicial con prisión. Varios recursos fueron interpuestos y el caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia (SCJ). La última instancia judicial en la que participó el ex general fue hace una semana, cuando declaró en una audiencia antes de que la magistrada dictara su procesamiento. En julio, la Justicia uruguaya rechazó el recurso de casación presentado en el marco de la investigación por la muerte de Perrini al determinar que el delito no había prescripto, tal y como argumentaba la defensa de Barneix.

La denuncia del asesinato de Perrini fue presentada por uno de sus hijos el 11 de noviembre de 2010, días después de que la SCJ de Uruguay declarara inconstitucional la aplicación de la denominada “ley de caducidad” para este caso. En 2005, la Justicia charrúa tuvo luz verde para investigar las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura y varios militares retirados, entre ellos el ex dictador Gregorio Alvarez, fueron procesados y encarcelados.

En mayo de ese año, Barneix –que se desempeñaba como jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia del Estado (Dinacie)– fue elegido para desarrollar una investigación interna que diera con el paradero de restos de detenidos-desaparecidos durante la dictadura.