Al menos 17 cadáveres fueron hallados por autoridades mexicanas en una barranca en Guerrero, durante un operativo que tuvo lugar entre el 8 y el 11 de diciembre, según informó ayer la fiscalía general. Nueve cuerpos completos y ocho semicalcinados fueron encontrados en la comunidad de Chichihualco, en el municipio de Leonardo Bravo, luego de que se recibiera una denuncia anónima, dijo un funcionario de la fiscalía que pidió quedar en el anonimato. Los cuerpos, cuyas identidades aún se desconocen, aparecieron sobre una barranca de 500 metros cuadrados emplazada en este pueblo rural del centro de Guerrero, famoso por su producción de pelotas de fútbol confeccionadas a mano. El funcionario dijo que no se puede informar sobre la edad y sexo de las víctimas, ni del tiempo que llevan fallecidos. La investigación, en la que participaron peritos forenses, criminalistas y otros expertos, se encuentra a cargo de la flamante fiscalía especial para búsqueda de desaparecidos.

Los cuerpos, aparentemente, estaban ocultos detrás de piedras y arbustos en el fondo de la barranca, según la prensa mexicana. De acuerdo con el periódico Milenio, los peritos forenses recabaron 639 pruebas de ADN entre pobladores de la región que tienen familiares desaparecidos en relación con el caso. Para contener la creciente inseguridad en el lugar, el gobierno reforzó hace una semana la presencia policial con 200 elementos de seguridad federal en una zona conocida como Tierra Caliente, donde se ubica este poblado.

En Guerrero desaparecieron los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, en septiembre de 2014, cuando fueron brutalmente atacados por policías y luego entregados a integrantes del crimen organizado que, según la versión oficial, los habrían asesinado e incinerado. A raíz del caso de Ayotzinapa salió a la luz que en este convulso estado hay cientos de desaparecidos en medio de una fuerte disputa entre grupos criminales por el acopio de goma de opio y por las rutas de otras drogas.

En Apaxtla, pueblo ubicado a unos 234 kilómetros de Leonardo Bravo, se registró hace cinco días el secuestro de siete hombres, confirmó el martes en Radio Fórmula el alcalde Salvador Martínez Villalobo. De acuerdo con el responsable municipal, un grupo de hombres armados que traían ropa militar apócrifa, que calzaban sandalias y portaban rifles de alto poder y granadas, interceptó a una camioneta del transporte público de donde bajaron a cinco jóvenes y se los llevaron en vehículos, para más tarde, en el camino, secuestrar a dos campesinos que habían ido a recoger leña y a dos cazadores. Luego, dos de las víctimas lograron escapar.