Domingo, 20 de marzo de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE SE REUNIRA CON SU PAR RAUL CASTRO
Las flores rosas y violetas resplandecen en las calles de La Habana Vieja, la primera zona que recorrerá el mandatario afroamericano quien, con su visita, dividirá en dos la historia de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde La Habana
“¡Yo soy Obama!” “No, ¡yo!” –gritan dos niños en la calle D del barrio Vedado, en La Habana, el día antes de que el presidente de Estados Unidos aterrice en la isla en la que sería la primera visita de un primer mandatario norteamericano a Cuba en noventa años.
En la capital cubana todos están en modo Obama. Las calles fueron pavimentadas. Las fachadas de las esquinas que cruzará el presidente han sido restauradas. Un verde azul reciente se observa, por ejemplo, frente al Hotel Nacional, en las rejas que separan la avenida del jardín. También las flores rosas y violetas resplandecen en las calles de La Habana Vieja, la primera zona que recorrerá el mandatario afroamericano quien, con su visita, dividirá en dos la historia de las relaciones Cuba - Estados Unidos.
En el legendario restaurante La Roca, en el corazón habanero, el contador Oscar Reyes celebra que el imperio norteamericano dé un pasó más en el restablecimiento de relaciones con el gobierno comunista de los Castro, que comenzó en diciembre de 2014, cuando EE.UU. anunció la Oficina de Intereses Norteamericanos y luego oficializó la visita de Kerry, secretario de Estado. “Es bueno que venga, así algunos piensen que no tiene ningún sentido entre tanto se mantenga el bloqueo, porque todo es un paso, para los cuentapropistas, los que trabajamos, y cualquier cubano, la llegada de Obama le cambiará la vida, no la presente, si no hablo de lo que viene para el futuro”, le dice a este diario Reyes.
Desde 1959, cuando triunfó la Revolución liderada por Fidel Castro, Estados Unidos mantiene un bloqueo al pueblo cubano que ha quedado aislado económicamente del mundo por los últimos sesenta años. Han sido la cultura, el deporte y la medicina los caminos que tejen puentes entre los cubanos y el mundo, llevando a la recordada crisis humanitaria de los balseros y tantísimos hijos de la isla quienes, desesperados, se lanzaron al mar para intentar llegar a Miami.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, expresó que Barack Obama podrá conocer la realidad cubana y “un pueblo noble, digno y patriota”. Para el ministro, “se requiere una declaración política e instrucciones claras y precisas del gobierno de Estados Unidos que den seguridad jurídica y política a los bancos”. Según el ministro “la autorización al uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba, que se incluyó en este nuevo grupo de medidas, atañe un aspecto importante del bloqueo”.
En sus casas y trabajos, en los parques, en los restaurantes, Obama es la palabra más sonada. Los cubanos están atentos, mientras carros de la policía y camiones del Ejército recorren la ciudad llevando consigo “todo aquello que esté mal puesto, ya se sabe qué conviene mostrar y qué no”, le comenta a Página/12 William Rodríguez, conductor de auto.
Por su parte, los funcionarios del gobierno van de un lado a otro, incluso sábado y domingo cuando suelen descansar, y extiendan la atención en oficinas públicas hasta la media noche. Más de cinco mil periodistas de todo el mundo han llegado a la isla para informar sobre la histórica visita que comienza hoy cuando Barack Obama aterrice en el aeropuerto José Martí con toda su familia y sea conducido, primero, al centro histórico.
Allí visitará la Catedral donde reunirá con el cardenal Jaime Ortega, considerado el hombre clave en tejer nuevamente las relaciones rotas por sesenta años entre Cuba y Estados Unidos, así como el papa Francisco. Mañana la cita es para el presidente Raúl Castro en el Palacio de Gobierno. Luego, empresarios norteamericanos y emprendedores cubanos, conocidos acá como “cuentapropistas” se verán cara a cara para conversar sobre las operaciones monetarias, y en la noche se dará una cena.
En su tercer y último día de visita a Cuba, Barack Obama se reunirá con el pueblo en el Teatro Alicia Alonso. Cualquier podrá ingresar al enorme e histórico recinto para el discurso del presidente negro que será, además, televisado. Luego, se verá con defensores de los derechos civiles y presenciará un partido de béisbol.
Entre tanto, el Departamento del Tesoro anunció varias medidas que flexibilizan al embargo económico como la liberalización del dólar para uso en las transacciones comerciales, y la autorización para que los cubanos puedan firmar contratos en EE.UU. sin tener que renunciar a su ciudadanía. “Actualmente estamos desarrollando este progreso al facilitar que más estadounidenses viajen y traten de relacionarse con los cubanos, al permitir que los ciudadanos cubanos legalmente presentes en Estados Unidos puedan ganar un salario, y al extender el acceso al sistema financiero de Estados Unidos, así como al comercio y las oportunidades comerciales”, aseguró Jacob J. Lew, secretario del Tesoro.
“Ahora veremos cuando intentemos realizar transacciones que pasa, si los bancos acceden y facilitan todo, y ahí será real el desbloqueo poco a poco”, manifiesta Reyes con una leve sonrisa y el acento caribeño dulce. Oscar asegura que “los cubanos podrán ver transformaciones que hoy algunos apenas sienten como el lío ese de la visita de Obama que tiene bloqueadas las calles. Entonces, Cuba estará en el centro del mundo, no solo por tres días, sino por siglos”.
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