Lunes, 18 de julio de 2016 | Hoy
EL MUNDO › EL GOBIERNO TURCO LLAMó A PERMANECER EN LAS PLAZAS PARA DEFENDER LA DEMOCRACIA
El gobierno de Erdogan detuvo a 6000 personas y destituyó a 2700 jueces por estar presuntamente vinculados con el intento de golpe de Estado. El primer ministro aseguró que el levantamiento fracasó, aunque llama a mantener el estado de alerta.
El presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, llamó ayer desde Estambul a los ciudadanos a seguir en las calles y ocupar las plazas de las principales ciudades del país durante toda la semana, apenas dos días después del fallido golpe de Estado que intentó derrocarlo y desató una batalla campal con 265 muertos.
El mandatario participó ayer, junto con políticos y jefes militares aliados, del funeral de una de las víctimas fatales que dejó la intentona, el hermano de su principal asesor, Ilhan Varank, y advirtió que la purga actual “no es un operativo de 12 horas”. Por momentos, el mandatario se emocionó hasta las lágrimas.
“Esta semana es muy importante. No abandonen las plazas, no se relajen”, aseguró Erdogan en un discurso que fue interrumpido por gritos de sus simpatizantes que reclamaban: “Queremos ejecuciones”.
“En las democracias, las demandas de la gente no pueden ser ignoradas. Las demandas son debatidas en las instituciones y haremos todo lo que sea necesario”, les respondió el mandatario, que por primera vez desde el viernes se mostró acompañado por los jefes de las tres Fuerzas Armadas.
Poco después el Ministerio de Justicia informó que detuvo a unas 6000 personas, lo que se suma a los más de 2700 jueces que fueron destituidos, presuntamente por vínculos con el golpe de Estado fallido.
“Dijimos que íbamos a entrar en sus cuevas. Ahora hemos entrado totalmente”, sentenció Erdogan, aplaudido por su gente.
El gobierno informó que habían detenido a 2839 militares, entre ellos decenas de generales, mientras que más de 2700 jueces habían sido destituidos. Además, la Cancillería elevó el saldo de muertos a 290 y detalló que 190 eran civiles o policías leales al gobierno, mientras que los restantes 100 eran militares golpistas.
Más temprano, el primer ministro turco y líder del partido islamista oficialista AKP, Binali Yildirim, ratificó en un mensaje televisado que el intento de golpe “fracasó” y “está ciento por ciento terminado”.
“En las 81 provincias debemos mantener la vigilancia por nuestra democracia. Vida normal durante el día y vigilar la democracia y fiesta democrática por la noche. Esto seguirá así durante tiempo”, pidió Yildirim. “La vida comercial y social ha vuelto a la normalidad. El sistema bancario funciona con normalidad, el banco central, todas las instituciones financieras funcionan sin restricciones”, agregó.
Esta madrugada miles de turcos respondieron al llamado del gobierno y volvieron a salir a las calles en las principales ciudades del país, como Estambul, Ankara y Esmirna, y a protagonizar masivas vigilias en defensa de la democracia y repudio al intento de golpe del viernes a la noche.
Mientras el gobierno impulsaba ese complejo equilibrio entre un llamado a la vuelta a la normalidad y a la vigilia constante, el jefe del Estado Mayor de Turquía, Hulisi Akar, contó a la primera plana de la dirigencia política del país cómo fue detenido y mantenido como rehén durante las doce horas que duró el levantamiento militar.
El general relató ayer, en una reunión a puerta cerrada con los líderes de los partidos políticos en el Parlamento turco, que algunos de sus colaboradores lo amenazaron con armas y lo forzaron a firmar la declaración de los golpistas. Akar aseguró que fue amenazado con ser estrangulado con un cinturón, aunque dijo que le prometieron que si firmaba la declaración, su vida no correría peligro.
A dos días del golpe, aún existen muchas dudas sobre quién participó del levantamiento y quién no. Muchos generales turcos perdieron la confianza en sus guardias personales y los reemplazaron por civiles. Ayer también fue detenido el edecán militar personal del presidente Erdogan, el coronel Ali Yazici, quien ocupaba ese estratégico cargo desde agosto pasado.
Lo que el gobierno turco sí deja en claro es que el hombre señalado como el autor intelectual del golpe de Estado fallido es el líder religioso conservador Fethullah Gülen, un ex aliado de Erdogan que desde hace años vive en un exilio autoimpuesto en Estados Unidos.
“El hombre número uno en esto es Fethullah Gülen. Después de esto, mantener Gülen en Estados Unidos no sirve a la amistad entre Turquía y Estados Unidos”, reiteró hoy el ministro de Justicia, Bekir Bozdag.
Estados Unidos se negó varias veces ya a extraditar a Gülen y en las últimas horas funcionarios norteamericanos destacaron que Turquía tendrá que presentar pruebas contundentes de la participación del líder conservador para cambiar la posición de Washington.
La figura de Gülen tensa las relaciones con Estados Unidos; sin embargo, el Pentágono anunció hoy que sus fuerzas reanudaron las “operaciones de la coalición anti Estado Islámico desde Turquía”, un punto estratégico, ya que ese país comparte gran parte de la frontera norte de Siria e Irak, los dos principales bastiones de esa milicia extremista.
Mientras el gobierno de Erdogan acusa a Gülen de ser el autor intelectual, los presuntos líderes materiales del golpe escaparon en la madrugada del sábado, cuando ya quedaba claro que la intentona había fracasado, a la vecina Grecia.
Los ocho militares turcos que llegaron en un helicóptero a Grecia y pidieron asilo político se presentaron ante un fiscal y fueron formalmente acusados de violar el espacio aéreo heleno y de entrar al territorio de manera ilegal, según informó el diario local Ekathimerini.
La abogada de los acusados, Ilia Marinaki, sostuvo que sus clientes negaron cualquier participación con el intento de golpe y que escaparon cuando las fuerzas leales al gobierno turco comenzaron a atacarlos “sin razón”.
El lunes comenzará el proceso de asilo solicitado por los ocho militares turcos, que podría durar varias semanas, según expertos griegos. Turquía exige que sean deportados de inmediato.
Los medios informaron que se trata de tres mayores, tres capitanes y dos suboficiales, todos de la Fuerza Aérea. Por otra parte, la agencia estatal griega informó que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, habló el sábado por la noche por teléfono con el jefe de Gobierno griego, Alexis Tsipras. Erdogan agradeció a Grecia el haber condenado de inmediato el golpe. Respecto de los militares que pidieron asilo, Tsipras señaló que se actuará según la legislación y respetando los derechos humanos.
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