En un episodio poco claro, tres policías murieron ayer en un tiroteo desatado cerca de una comisaría de Baton Rouge, en el estado de Louisiana, la misma ciudad donde hace algunos días se registró un nuevo caso de gatillo fácil en el que un oficial blanco asesinó a un ciudadano negro, hecho que desató protestas raciales y reavivó la tensión en el país. En conferencia de prensa, el jefe de Policía de Baton Rouge, Carl Dabadie, informó que tres policías fallecieron y tres fueron heridos, uno en estado crítico, después de enfrentarse a un atacante con un rifle de asalto. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que no puede haber justificación posible para hechos de violencia contra los agentes de la ley.

El tiroteo tuvo lugar por la mañana, en inmediaciones a la comisaría de la ciudad. Según declararon fuentes de la investigación a la cadena de televisión CNN, los agentes recibieron una llamada que advertía de la presencia de “un individuo sospechoso armado con un fusil de asalto caminando por la autopista Airline”, que pasa frente al cuartel policial.

Los tiros comenzaron, en lo que parecía una emboscada a los agentes –según la versión de las autoridades–, cuando policías del distrito este de la ciudad arribaron al lugar. Las cadenas televisivas mostraron imágenes en las que se escuchaban disparos, con las fuerzas de seguridad acordonando la zona junto a unidades de fuerzas especiales SWAT. Desde el Centro Médico Nuestra Señora del Lago confirmaron haber atendido a cinco policías: tres fallecieron, uno está en estado crítico y otro se encontraba estable.

Las autoridades de la ciudad y del estado de Louisiana confirmaron que el agresor fue abatido en el enfrentamiento y, según las cadenas CBS y CNN, identificado como Gavin Eugene Long, un ex marine que cumplía 29 años de edad ayer y era residente de Kansas City. El tiroteo reactivó el clima de tensión racial y política que se vive en Estados Unidos en los últimos meses, principalmente por una serie de nuevos casos de gatillo fácil que afectan a jóvenes negros y por el reciente ataque contra un grupo de policías en Dallas.

En un mensaje a todo el país, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que estos hechos suceden con demasiada frecuencia y consideró que “los ataques a la policía son ataque a todos nosotros”. Asimismo, el jefe de Estado llamó a los norteamericanos a “centrarse en estar unidos”, “templar las palabras y abrir nuestros corazones” sin importar la ideología política, en referencia a la próxima celebración de las convenciones organizadas por republicanos y demócratas, las dos grandes contiendas en el final de la carrera electoral que “tienden a calentar la retórica política”, dijo.

“Todos tenemos que enfocarnos en palabras y acciones para unir este país”, agregó en su mensaje a la nación y concluyó que “se hará justicia”. Este nuevo tiroteo coincide con la víspera del inicio de la Convención Nacional Republicana en Cleavand, Ohio, en la que uno de los dos principales partidos políticos del país elegirá a su candidato presidencial en un evento que Washington ya elevó a rango de interés de seguridad nacional. Sin perder el ritmo de campaña, Trump repudió el ataque de ayer desde las redes sociales. “¿Cuántos oficiales y personas tienen que morir por la falta de liderazgo en nuestro país? Demandamos ley y orden”, escribió en su cuenta de Facebook.

La candidata demócrata Hillary Clinton dijo que “el devastador asalto a los policías de Baton Rouge es un ataque a todos nosotros”. Se desconocen los motivos del tiroteo, pero inmediatamente los medios locales recordaron que el incidente se produjo días después de que durante una protesta por nuevos casos de violencia policial en el país –uno de ellos precisamente en Baton Rouge– un ex soldado negro mató a cinco policías en Dallas.

El gobernador de Louisiana, Jon Bel Edwards, que se acercó al hospital para ver a los heridos, dijo que fue un hecho atroz e injustificable en tiempos “que necesitamos unidad y sanarnos” y confirmó que todas los recursos disponibles del estado serán usados para asegurar que “los perpetradores sean llevados rápidamente a la justicia”. El martes pasado, la policía de Baton Rouge informó sobre la detención de tres personas que habían robado armas supuestamente para atacar policías, cuando la ciudad hervía por protestas en contra de la brutalidad y el racismo policial.

Los detenidos, tres jóvenes de 13, 17 y 20 años, habían asaltado un local donde se vendían armas, y uno de ellos confesó supuestamente que tenían intención de matar a uniformados de Baton Rouge en represalia por la muerte de Alton Sterling, según informó por entonces la Policía.

Esto sucedió apenas dos días después del multitudinario entierro de Sterling, un hombre negro de 37 años que vendía CD y que murió a manos de dos agentes blancos que lo atacaron alertados por una llamada anónima que denunciaba a una persona por amenazar a los paseantes. De acuerdo con un video grabado por transeúntes, los agentes le dispararon a Sterling a quemarropa a pesar de que ya lo tenían reducido en el suelo.