EL MUNDO › EL PRIMER ANIVERSARIO DE LA INVASION A IRAK SE DA ENTRE RETROCESOS Y DESBANDE

Parte de bajas en todos los frentes

Cuando está por cumplirse un año, mañana, de la invasión estadounidense a Irak, la ocupación vivió ayer uno de sus peores días. Y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en un vuelco, anunció que las tropas norteamericanas serán aumentadas.

Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad

Un ataque aéreo mató ayer a por lo menos 40 fieles que oraban en una mezquita de la ciudad iraquí de Faluja. Mientras, las fuerzas de la ocupación van perdiendo el control de grandes partes de Irak. Helicópteros y aviones de combate norteamericanos, que apoyaban a los marines en su asalto a Faluja, dispararon un misil y una bomba en la mezquita de Abdul Aziz al Samarrai. Según testigos, el ataque ocurrió cuando los fieles se reunían para sus rezos de la tarde. Para tratar a los heridos y preparar los funerales de los muertos se improvisaron hospitales en casas particulares de la ciudad. Y, en un vuelco significativo, el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld, declaró que aumentará la cantidad actual de unos 130.000 soldados estadounidenses en Irak mientras demorará los permisos de rotación de muchos que ya se encuentran allí.
Ayer, grupos de marines apostados en las rutas hicieron cambiar de rumbo a todos los vehículos –incluso las ambulancias– que se dirigían a Faluja, una ciudad de 300.000 habitantes. Preguntamos a dos iraquíes sentados cerca de una ruta cerrada por los norteamericanos en Al Haswa si conocían otro camino para llegar a la ciudad. “No van a poder. Los estadounidenses la bloquearon. Que no los vean hablando con nosotros o nos arrestarán”, dijo uno de ellos. No se conoce el total de las víctimas civiles en Faluja, pero se informó que 16 chicos y ocho mujeres murieron cuando ayer los aviones norteamericanos dispararon contra cuatro casas, dijo Hatem Samir, empleado en un hospital de la ciudad, un edificio de dos pisos pintado de blanco sobre las orillas del Eufrates, que colapsó por el número de heridos.
Estados Unidos y sus aliados ahora están embarcados en una guerra de dos frentes contra los militantes musulmanes sunnitas en el sur del país, y Faluja y Ramadi, dos ciudades al oeste de Bagdad. A pesar de que los soldados norteamericanos declararon haber llegado al centro de Faluja, la mayor parte de la ciudad todavía parece bajo control de la guerrilla. Anoche, Estados Unidos y sus aliados, que hace exactamente un año derrocaron triunfalmente a Saddam Hussein, tuvieron que irse de cinco ciudades iraquíes luego de un intenso combate. También fueron atacadas en Kirkuk, en el norte del país. “Nos pusimos contentos cuando los norteamericanos derrocaron el miserable régimen de Saddam, pero ahora vivimos peor que cuando él gobernaba en Bagdad”, dijo Abu Hussam, un anciano del pueblo de Al Haswa, al este de Faluja, mientras miraba las columnas de humo que se levantaban de la ciudad sitiada. Agregó que espera que ganen los rebeldes.
El combate de esta semana fue el más intenso desde el fin de la guerra. En tres días de lucha, Estados Unidos perdió 33 soldados y al menos 150 iraquíes han muerto en el oeste de Bagdad, sin contar a los que perecieron en el ataque a la mezquita. Grandes porciones del sur iraquí han escapado al control de las fuerzas anglo-estadounidenses, que a su vez han sido atacadas por milicias del ejército de Mahdi, leal a Muktada al Sadr, el joven clérigo chiíta buscado por Estados Unidos. En la ciudad de Kut, sobre el río Tigris, el ejército de Mahdi parece tener el control. Luego de fuertes tiroteos, los soldados ucranianos desplegados allí tuvieron que marcharse. Se informó, además, que un soldado de ese país y un ciudadano británico que trabajaba para una compañía de seguridad murieron junto con 12 iraquíes.
Muktada al Sadr se ha refugiado en la ciudad santa de los chiítas, Najaf, ahora controlada por sus hombres. Es la ciudad natal de Ali al Sistani, el clérigo chiíta más reverenciado, que sin embargo no tiene su propia milicia. Los hombres de Al Sadr también tomaron Kufa, al sur de Najaf. Ayer, los comandantes norteamericanos declararon que arrestarán a Al Sadr y destruirán el ejército de Mahdi, integrado por hombres vestidos de negro que lo siguen ciegamente. El ejército norteamericano ya ha estado teniendo dificultades con las guerrillas árabes sunnitas, en el norte y oeste de Bagdad. Muchas de las tropas de la coalición apostadas en las ciudades chiítas del sur provienen de países como España, Polonia, Ucrania, Bulgaria e Italia, que quieren mostrar su lealtad con Estados Unidos, pero no quieren verse involucrados en combates en serio.
A lo largo y a lo ancho de Irak siguen ocurriendo incidentes que muchas veces no son reportados. Y como para resaltar el impacto de la lucha de los iraquíes en Faluja, la ciudad árabe sunnita de Hawijah, en la provincia de Kirkuk, ayer organizó una manifestación para demostrar su solidaridad. Esto provocó choques con las tropas norteamericanas: ocho iraquíes murieron, mientras que otros 10 y cuatro norteamericanos resultaron heridos. En la ciudad de Baba, al norte de Bagdad, disparos de armas cortas derribaron un helicóptero de exploración OH-58 Kiowa norteamericano, pero sus tripulantes no sufrieron ni un rasguño. En la misma ciudad, varios guerrilleros dispararon misiles contra la oficina del gobernador local, designado por Estados Unidos.
Aparentemente, el jefe de la Autoridad Provisional de la Coalición, Paul Bremer, inició deliberadamente la confrontación con Al Sadr cuando cerró el diario de este último y arrestó a uno de sus colaboradores más cercanos. Puede que no haya esperado una respuesta tan violenta, pero en el pasado Bremer nunca tuvo buen criterio político. De hecho, más de una vez se creó enemigos al tomar medidas como la disolución del ejército iraquí, como hizo en mayo del año pasado. A pesar de que Al Sadr controla tres ciudades importantes en el sur iraquí, el general Mark Kimmitt, subcomandante del ejército norteamericano, dijo que “si Al Sadr quiere calmar la situación, puede entregarse en una comisaría iraquí y enfrentar la Justicia”. Un peligroso ingrediente en la actual crisis entre Estados Unidos y Al Sadr está tomando lugar en un importante festival chiíta, Arbain, en el cuarto día del aniversario de la muerte de Imam Hussein. Muchos peregrinos vestidos de negro y con banderas verdes inundaron las calles en procesión hacia Kerbala, donde los soldados norteamericanos los confundieron con seguidores de Al Sadr. Un grupo de peregrinos entrevistado por este diario afirmó que tres de sus amigos acababan de ser arrestados por las tropas norteamericanas. Luego de expresar su apoyo a Al Sadr, revelaron que todos pertenecen al Cuerpo Iraquí de Defensa Civil, una de las organizaciones paramilitares iraquíes que Estados Unidos ha establecido con la esperanza de que algún día reemplazarán a los soldados norteamericanos en Irak.
Mientras los últimos acontecimientos escapan del control estadounidense, cualquier esperanza que Washington pueda tener para reducir la violencia antes de la transferencia de la soberanía a los iraquíes, el 30 de junio, desaparece rápidamente. Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, ya ha indicado que toda la autoridad militar en Irak seguirá en manos del ejército norteamericano.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Milagros Belgrano.

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