EL MUNDO
Cómo quedar bien con la pata inglesa de la guerra
Irán, en un gesto diseñado para congraciarse con los británicos que colaboran con la invasión del vecino Irak, liberó ayer a ocho infantes de marina capturados el lunes. La medida fue criticada por la línea dura.
Por Angus McDowall y Cahal Milmo *
Desde Teherán y Londres
Los ocho marines británicos arrestados después de que entraron en territorio iraní estaban anoche a cargo de diplomáticos británicos luego de ser liberados tras tres días de detención que habían amenazado con resultar en una crisis diplomática. Funcionarios de la embajada británica en Teherán indicaron que el grupo de seis Royal Marines y dos empleados de la Royal Navy podría ser trasladado de Irán por avión anoche y regresado a su base en la ciudad de Basora en el sur de Irak. La liberación de estos hombres fue recibida con alivio en Londres, después de 72 horas de delicadas negociaciones detrás de la escena entre diplomáticos británicos y las autoridades iraníes.
El incidente se desató cuando tres barcos patrulleros accidentalmente cruzaron la vía fluvial de Shatt-al Arab entre Irak e Irán el lunes, creando alarma en Londres cuando las imágenes en televisión mostraron a los hombres desfilando con los ojos vendados y se anunció que serían juzgados. El vocero oficial del primer ministro británico, Tony Blair, dijo que habían elevado una queja a los iraníes, pero puso énfasis en la resolución amigable de la impasse. “No tenemos motivo para creer que los hombres no estén en buenas condiciones. Estamos contentos de que el asunto se haya resuelto diplomáticamente. Lo importante ahora es que los hombres, cuando estén listos, puedan regresar de Teherán a su base en Irak”, sostuvo.
El padre de uno de los hombres, Graham Reid, de 48 años, dijo que estaba “absolutamente deleitado” cuando supo que su hijo David, de 24 años, un Royal Marine de la base naval de Faslane, en Clyde, había sido liberado. Reid, de Aberdeenshire, dijo: “Bueno, es la noticia que hemos estado esperando, estamos sumamente contentos. Hubo algunos momentos oscuros en los últimos días, especialmente cuando los vimos por televisión marchando con los ojos vendados. Con suerte lo veremos más tarde esta noche o temprano mañana, no puedo esperar para verlo y abrazarlo”.
Pero mientras el regreso de los hombres parecía seguro, el destino del equipo –tres lanchas, una de las cuales fue entregada al nuevo servicio de patrullas iraquí– era incierto. Irán había dicho que se quedaría con el material embargado, que había sido destinado a la policía fluvial iraquí. Pero los diplomáticos de los dos países se pasaron horas negociando el tema durante la noche del miércoles.
Jack Straw, el canciller británico, agradeció a su contraparte iraní e insistió en que trabajar con la república islámica, dividida entre clérigos conservadores y políticos reformistas, estaba dando beneficios diplomáticos. Straw dijo: “No tengo duda alguna de que nuestra política de relaciones con el gobierno de Irán es el mejor enfoque”. Refiriéndose a las tensiones políticas entre los dos países, admitió que a veces las relaciones eran “complicadas”.
Gran Bretaña ha sido muy criticada por la prensa de derecha iraní por su endurecida posición sobre el programa nuclear y los antecedentes de derechos humanos de Teherán, y la detención de los marinos fue interpretada por algunos analistas como un mensaje claro de la línea dura de Teherán en desafío a la política de distensión con Occidente. Las primeras imágenes que mostraban a los marines siendo conducidos con los ojos vendados por una playa contrastaron con el trato que recibieron de los guardias revolucionarios iraníes, que los alimentaron con el tradicional guiso de carne iraní.
Pero no todos estaban contentos con que se hubiera resuelto la querella. Parte de la prensa de línea dura en Irán repitió las primeras acusaciones de que los hombres habían cruzado deliberadamente a territorio iraní con cámaras y mapas para espionaje. “Qué apuro hay en liberar a espías británicos”, preguntó el diario de derecha Jumhouri-ye Eslami. Sin embargo, un guardia revolucionario dijo que el equipo era compatible conlas misiones normales fluviales.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.