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Su mujer dijo que a Arafat “quieren enterrarlo vivo”

Mientras el líder palestino se encontraba en estado estacionario, internado en el hospital militar de París, su esposa Suha acusaba a los tres funcionarios palestinos potenciales sucesores (a punto de arribar a la ciudad) de conspirar contra Yasser Arafat.

Por Donald Macintyre *
Desde Ramalá

Tres líderes palestinos volaron a París anoche a pesar del dramático exabrupto televisado de la esposa de Yasser Arafat, Suha, que los acusó de hacer una viaje para “enterrarlo vivo”. La delegación, que va a determinar la magnitud de gravedad del estado de salud del líder palestino, tiene como misión interrogar a los funcionarios y al personal médico antes de encontrarse con el presidente francés, Jacques Chirac. El viaje había sido inicialmente cancelado ante las escenas de la mujer de Arafat, pero luego se decidió llevarlo a cabo.
En las primeras horas de ayer, la señora de Arafat, de 41 años, llamó por teléfono a Al Jazeera –el canal de televisión por satélite más visto en el mundo árabe– desde el hospital militar francés, donde su esposo de 75 años se encuentra en cuidados intensivos, y exclamó en árabe: “Que sepan todos los palestinos honestos que un grupo de los que quieren heredar el poder está llegando a París”. Suha Arafat, educada en La Sorbona, usando el nombre de guerra de su marido, dijo: “Les aseguro que están tratando de enterrar a Abu Ammar vivo. El está bien, y pronto volverá a su casa”.
La comitiva (Abu Mazen, secretario de la OLP y ex primer ministro, Ahmed Qureia, el primer ministro, y Nabil Shaath, ministro de Relaciones Exteriores) que se encontraba ayer con el ministro de Relaciones Exteriores francés, Michel Barnier, que el sábado describió la salud de Arafat como “muy compleja, seria y estacionaria”. Aunque molestos en privado, los funcionarios palestinos trataron de evitar un enfrentamiento a través de los medios con la señora de Arafat, con quien debe ser consultada cualquier decisión futura sobre una eventual desconexión del líder palestino del respirador artificial. Qureia sólo respondió que la reacción emocional de “nuestra hermana, la esposa de Arafat, había sido desafortunada”.
Los funcionarios palestinos se han mostrado muy desalentados ante el monopolio ejercido por Suha sobre el acceso al lecho de Arafat y sobre la circulación de información del personal médico, acerca del crítico estado de salud de Arafat. Según una fuente del OLP, sólo a Suha, Ramsi Khoury, su secretario privado, su guardaespaldas, Yusuf Abdullah, y su sobrino, Nasr Al Qidwa, representante del OLP en las Naciones Unidas, se les ha permitido verlo en persona.
La mujer de Arafat, que se ha instalado en París con su hija de nueve años, Zawha, ha estado durante mucho tiempo fuera de escena desde el comienzo del levantamiento palestino hace cuatro años. Ella tenía 28 años cuando se casó con Arafat en noviembre de 1991. Una palestina cristiana, con dos de sus hermanas casadas con funcionarios del OLP, fue a un colegio de monjas y habla fluidamente francés, inglés y árabe. Trabajó durante dos años como secretaria de Arafat. En declaraciones a un diario árabe, Suha afirmó que si tuviera un hijo varón estaría orgullosa de que se sacrificase por la causa palestina. Su padre fue banquero y su madre, Raymonda Tawil, es un famosa activista palestina y periodista.
La casa de Raymonda estaba vacía ayer. Sus vecinos dijeron que ella se fue al día siguiente de que Suha viajó a París con su marido. Abdel Khalek Ibrahim, un empleado del Ministerio de Finanzas de la OLP, dijo que Suha no tenía derecho de bloquear información sobre su marido y agregó: “Ella ha provocado la confusión”.
Analistas palestinos eran muy reticentes de sumarse a la tesis de la mayoría de los palestinos de que el exabrupto de la mujer de Arafat se debió a sus temores acerca del futuro de la fortuna personal de Arafat (cuyo monto estimado varía según la fuente). Después de que las autoridades francesas intentaran investigar sobre el destino de parte de los fondos de la OLP transferidos por ella, el Consejo Palestino Legislativo se sumó a estas indagaciones, en particular sobre 11 millones de dólares que ella habría transferido en los últimos cuatro años. En vez de esas hipótesis, los políticos palestinos sugirieron que la mujer de Arafat (que ha tenido una relación personal muy hostil con Abu Mazen) estaba movida por lo que un colaborador personal de Arafat llamó “razones egoístas”.
Otra fuente de la OLP afirmó que ella estaba “obsesionada” con la creencia de que había una conspiración en contra de su esposo. La fuente dijo: “Cuando llegó aquí después de su viaje desde Ramalá gritaba sin cesar: No lo saquen de la Muqata, quieren deshacerse de él”.
Mientras seguía el debate entre las facciones palestinas acerca de la sucesión del líder palestino, un volante en nombre de Al Fatah y vinculado con la Brigada de los Mártires de Al Aqsa sugería que Marwan Barghouti, actualmente en prisión israelí, sería un candidato posible.
Otro volante que circulaba en Ramalá de la misma facción militante provocó rumores de que Arafat había sido envenenado y declaraba: “Los líderes cercanos a los norteamericanos y a los israelíes en la Muqata, enemigos de la resistencia, esperan que la estrella del presidente se apague”. Los rumores de que el veterano dirigente ha sido envenenado son de imposible confirmación. Una fuente anónima palestina dijo que “el hígado no le funciona”. Frente a las especulaciones, las autoridades francesas responden que todo sigue igual.
De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.

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Suha se ha instalado en París con su hija de nueve años, Zawha.
 
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