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Por Enric González *
Desde Roma

Marco Pannella (Teramo, 1930) es fundador y presidente del Partido Radical, y junto a su pareja política, Emma Bonino, ha protagonizado todos los grandes referéndum sociales italianos. Fue impulsor de las batallas por el derecho al divorcio (1974) y por el derecho al aborto (1981) y el año pasado promovió la recolección de firmas que condujo al referéndum sobre la procreación asistida del próximo 12 de junio. Afirma que esta consulta enfrenta “la tradición democrática laica contra el fundamentalismo vaticano”.
–¿Es este referéndum tan importante como los que legalizaron el divorcio y el aborto?
–Es más importante. Los anteriores referendos fueron cuestiones estrictamente italianas e iban a favor de la corriente internacional. Esta vez, la decisión que se plantea a los ciudadanos se enmarca dentro de un debate mundial en el que las fuerzas reaccionarias se muestran cada vez más fuertes y en el que adquieren un peligroso protagonismo los fundamentalistas de todas las religiones, incluida la católica. En las urnas se medirá la tradición democrática laica contra el fundamentalismo vaticano.
–El Vaticano y la jerarquía católica no propugnan el No, sino la abstención. ¿No limita esa posición el debate?
–Aquí no estamos hablando de catolicismo, sino del Vaticano, un Estado con poder terrenal empeñado en ganar más poder a costa de otros Estados. En mi opinión, con el boicoteo al referéndum la jerarquía católica incurre en pecado de simonía, es decir, en la compraventa de bienes espirituales. No quieren convencer, no quieren debatir, sólo aspiran a sumar su propia fuerza negativa a la de quienes son incapaces de tomar posiciones de forma democrática y se abstienen. La actitud de la jerarquía católica es muy cobarde.
–En España, sin embargo, la jerarquía sí está debatiendo, y en voz muy alta, contra la ley que permite el matrimonio y la adopción a las parejas homosexuales.
–José Luis Rodríguez Zapatero me recuerda a un antiguo presidente del gobierno francés, Emile Combe, quien en 1905 expropió una serie de bienes de la Iglesia y respondió a las quejas con una frase: el Vaticano, después de adueñarse del catolicismo, quiere adueñarse también del Estado. La posición de Zapatero forma parte de una tradición democrática y laica, radicalmente europea, emparentada con fenómenos como el resurgimiento y la unificación nacional italiana de 1870, una época en la que el Vaticano excomulgó a los católicos que se atrevían a votar. Zapatero está en sintonía con la mayoría del pueblo español y constituye un respiro para la Europa empeñada en frenar la Contrarreforma.
–Es curioso que Gianfranco Fini, líder del partido posfascista Alianza Nacional, diga que votará Sí y que, en cambio, el líder del centroizquierda, Romano Prodi, no diga qué piensa hacer.
–Prodi no dice qué votará porque es coherente con su propia historia. Estamos hablando de un viejo democristiano, un mandarín del estatalismo que ha sido siempre fiel a la política vaticana. Silvio Berlusconi también oculta sus intenciones. En comparación, la postura de Fini resulta, además de liberal, honesta.
–Quienes han conseguido que se convocara el referéndum luchan contra el No y, sobre todo, contra la abstención. ¿Qué harán ustedes en caso de derrota?
–La derrota por falta de quórum es bastante posible, soy realista. ¿Qué haremos? Seguir luchando. Ya hemos convocado una gran asamblea nacional para el 17 de junio, en la que hablaremos de cómo gestionar la victoria o, en su caso, cómo relanzar la petición de un nuevo referéndum.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.