EL MUNDO
Cómo quedar peor después de incitar a un asesinato
No quiso exhortar a matar al presidente venezolano Hugo Chávez; hay otros métodos, observó, como “secuestrarlo”. Esta fue la extraña disculpa del teleevangelista Pat Robertson, de EE.UU., tras sus declaraciones incendiarias del lunes.
Por Yolanda Monge *
Desde Washington
El telepredicador Pat Robertson, de 75 años, no tiene un buen currículum en diplomacia pero sí en hacer uso de la libertad de expresión. A través de los años, Robertson se ha convertido en el azote de las feministas y de los jueces progresistas. Ahora acaba de provocar una tormenta política de dimensiones internacionales al decir en su programa de televisión The 700 Club que EE.UU. debería “acabar con” el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que llegó al poder en 1998 y se ha convertido en la bestia negra del presidente George W. Bush en América latina. Robertson precisó ayer que la expresión “acabar con” puede significar también “secuestrarlo” y no necesariamente “asesinar”. Además, pidió luego disculpas dado que “no es correcto instar a un asesinato político”.
El mandatario venezolano, cuyo país posee las mayores reservas de petróleo fuera de Medio Oriente, ha acusado a Bush de terrorista por la guerra en Irak y de empobrecer aún más a las ya pobres economías del Tercer Mundo con draconianas reformas de mercado. Chávez ha manifestado en varias ocasiones su convencimiento de que EE.UU. está intentando asesinarlo. La Casa Blanca aplaudió un golpe de Estado contra el uniformado de la boina roja en abril de 2002, pero Chávez se hizo inmediatamente de vuelta con el poder. “Si él cree que estamos intentando asesinarlo, creo que deberíamos tomar la iniciativa y hacerlo”, dijo Robertson en su programa el lunes. Dirigiéndose a sus fieles, y también a los políticos que ocupan actualmente la Casa Blanca, Robertson fue implacable en su juicio contra la actual presidencia venezolana. Después de acusar a Chávez de destruir la economía venezolana y actuar como “plataforma de lanzamiento para la infiltración comunista y el extremismo musulmán”, el reverendo evangelista aseguró que para acabar con su gobierno no era preciso “emprender otra guerra de 200.000 millones de dólares”. “Es mucho más fácil enviar a agentes clandestinos a hacer la tarea de una buena vez.” “Tenemos la capacidad para echarlo y ha llegado la hora de ejercer la capacidad de echarlo” del poder, declaró.
En el mismo comunicado en el que presentó sus disculpas ayer, Robertson abundó en sus críticas al gobernante venezolano, al que acusó de “hacer causa común con los terroristas”. Chávez “ha visitado Irán para, según se ha dicho, lograr acceso a tecnología, y se ha referido a Saddam Hussein y a Fidel Castro como sus camaradas”, señaló el predicador evangélico. Robertson también acusó a Chávez de tener la intención de financiar “el derrocamiento violento de gobiernos democráticamente electos en toda Sudamérica, comenzando con la vecina Colombia”..
Desde Cuba, donde Chávez se encontraba reunido con el mandatario cubano, Fidel Castro, el presidente venezolano dijo no tener la menor idea de quién era Robertson y que le importaba más bien poco quién fuera. Pero el embajador venezolano en Washington, Bernardo Alvarez, remarcó: “Estamos preocupados por la seguridad de nuestro presidente”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.