EL MUNDO
Un comunista es el primer respiro que consigue Lula
El oficialista Aldo Rebelo, un comunista, fue elegido ayer presidente de la Cámara de Diputados brasileña. Eso aleja el fantasma de una destitución del presidente.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Un comunista presidirá la Cámara de Diputados brasileña. El hecho, además de inédito, es la primera buena noticia que recibe el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en los últimos tres meses y medio, cuando comenzó el escándalo de corrupción que azota a su gobierno. Con el control de la Cámara baja, el gobierno recupera algo del aliento político perdido por la crisis y disipa el fantasma del “impeachment” defendido por varios diputados a los que esta nueva relación de fuerzas quitará capacidad de presión. Al menos en el corto plazo.
El oficialista Aldo Rebelo fue electo ayer tras una disputa cerrada, que necesitó dos votaciones, dado que en la primera ninguno de los postulantes obtuvo mayoría. En la segunda, concluida a las 21.05, Rebelo consiguió 258 votos contra 243 de José Thomás Nonó, 6 votos en blanco y dos nulos. La presencia de 509 electores sobre un total de 513 miembros del cuerpo retrata la magnitud política del hecho. Lo que se jugaba anoche no era sólo la titularidad del cuerpo. El presidente de la Cámara de Diputados es quien asume la jefatura del Estado en caso de renuncia de Lula y su vice, José Alencar, un escenario que nadie descarta por completo habida cuenta de las denuncias de corrupción que rozan el Palacio del Planalto, lo que podría derivar en un “impeachment”: “impedimento” para gobernar.
El derrotado, José Thomás Nonó, del conservador Partido del Frente Liberal (PFL), había sido postulado por su agrupación y por los socialdemócratas del PSDB, al que pertenecen el ex presidente Cardoso y el intendente de San Pablo, José Serra, a quien las encuestas dan con serias chances de vencer a Lula en los comicios del año próximo. Cardoso y Serra desplegaron toda su influencia a favor de la candidatura de Nonó, advertidos de lo que ésta hubiera significado en la carrera hacia la presidencia. Rebelo, de 49 años y oriundo de Alagoas, igual que su adversario Nonó, en el nordeste brasileño, fue ministro de Coordinación Política de Lula y lideró el bloque de diputados gubernamentales. En ese antecedente machacó la oposición, que lo acusó de ser un hombre de Lula. Lo que no está lejos de la verdad: su postulación fue obra del presidente, que para ello debió convencer a sus compañeros del Partido de los Trabajadores (PT) de desistir de Arlindo Chinaglia, actual líder de la bancada oficialista. Debilitado tras la salida de cinco diputados en los últimos días, el bloque del PT dejó de ser la primera bancada del Congreso y aún no resolvió su virtual estado de fractura interna, originado en la misma crisis que acorrala al gobierno. Al apostar por Rebelo, Lula, que ayer visitó un asentamiento de los Sin Tierra, volvió a demostrar su distanciamiento con el PT. Tres semanas atrás el mandatario no votó en las internas petistas y posiblemente volverá a defeccionar el próximo 9 de octubre, cuando se dispute la segunda vuelta.
Rebelo comandará Diputados durante 14 meses y no 24, que es lo previsto en el reglamento, dado que asumirá como sustituto de Severino Cavalcanti, obligado a renunciar cuando se comprobó el cobro de sobornos al empresario que administra los restaurantes del Congreso. “Severino”, como lo apodan sus amigos, será recordado por la brevedad de su gestión y porque fue el primer presidente de la Cámara baja que renunció al cargo y a los fueros.
Severino llegó al cargo encabezando la llamada “rebelión del bajo clero”, movimiento de diputados sin afiliación ideológica que negocian sus votos a cambio de favores. Tanto Rebelo como Nonó son tenidos como “cardenales”, dentro del Congreso, por la coherencia de sus posiciones pero aún así ambos negociaron hasta último momento con los plebeyos.
Líder del grupo Paralamas do Sucesso, Herbert Vianna es autor de un rock censurado en los años ’90 por definir al Congreso como un antro de “300 picaretas (pillos) con ropajes de doctor”. Gracias a la ayudita de sus amigos censores, el tema tuvo publicidad y se vendió como pan caliente. Una década después poco cambió en el Legislativo, pese a la llegada del PT al Ejecutivo.
Vianna, que tomó prestado de Lula el estribillo de su canción, está decepcionado con los escándalos que involucran al gobierno por negociar con esos mismos “300 picaretas”, a los que habría entregado millones de reales para tenerlos en la base aliada, lo que derivó en el escándalo del “mensalao” o pago de mensualidad. A pesar de ello, Lula volvió a negociar con gran parte de esas fuerzas políticos, como el Partido Liberal y el Partido Progresista. Entre legisladores de esos y otros partidos el gobierno distribuyó 500 millones de reales (500 millones de pesos), para costear iniciativas parlamentarias. Claro que la liberación de fondos previstos en el Presupuesto no es ilegal, pero demuestra que la política de alianzas del Planalto sigue siendo la misma que lo llevó a esta crisis. Más: para lograr votos para Aldo Rebelo el gobierno negoció hasta con el Partido Trabalhista Brasileño (PTB), de Roberto Jefferson, el diputado que destapó el escándalo cuando dejó de recibir dinero oficial.
Aun así, Vianna es piadoso con Lula y prometió que en sus próximos recitales no cantará “300 picaretas”. “Cualquiera que (como Lula) participe de una estructura de poder viciada, como la de Brasil” corre el riesgo de mancharse, dijo el cantante.