EL MUNDO › DENUNCIAN QUE EE.UU. USA CARCELES EN EUROPA DEL ESTE
Cómo la CIA terceriza el cautiverio
Según reveló el diario The Washington Post, la agencia de Inteligencia estadounidense mantendría detenidos a sospechosos de terrorismo en prisiones secretas de ocho países. Menciona a Tailandia, Afganistán y a “países de Europa del Este”, que podrían ser Rumania y Polonia.
Prisiones secretas, ahora no tan secretas. La CIA rehusó ayer comentar un artículo del diario The Washington Post, según el cual la agencia de Inteligencia estadounidense mantiene a detenidos en prisiones secretas en ocho países, entre ellos Tailandia, Afganistán y “varios países democráticos de Europa del Este”. Aunque el matutino no mencionó dichos países por cuestiones de seguridad, el diario británico The Independent informó que entre ellos se contarían Polonia y Rumania. La red secreta global es un elemento central en la guerra contra el terrorismo de la CIA, que depende de la cooperación de servicios de Inteligencia extranjeros, y en procurar que incluso información básica sobre el sistema secreto no sea de conocimiento público. Dicho sistema de detención fue concebido en los caóticos primeros meses tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, cuando se esperaba que un segundo ataque fuera inminente.
La publicación del Washington Post indicó que los documentos clasificados de la Casa Blanca, el Departamento de Justicia y del Congreso, se refieren a las prisiones como “sitios negros” y prácticamente no se sabe nada sobre quiénes son los detenidos, cómo son interrogados o las decisiones sobre cuánto tiempo serán retenidos. La CIA habría enviado más de 100 sospechosos de terrorismo a estas cárceles secretas, según el diario, que afirma que este sistema de detención sólo es conocido por unos pocos altos funcionarios estadounidenses, y en general por el presidente y algunos funcionarios de Inteligencia de los países donde se encuentran instaladas. La CIA y la Casa Blanca, argumentando asuntos de seguridad nacional y el valor del programa, disuadieron al Congreso de demandar que la agencia responda públicamente acerca de las condiciones bajo las cuales se mantiene a los prisioneros.
El Post, citando a ex agentes de los servicios secretos y agentes en actividad, al igual que otros responsables del gobierno norteamericano, dijo que la CIA usaba los centros de detención en el extranjero porque en Estados Unidos es ilegal mantener a los prisioneros en dicho aislamiento. Por otra lado, según The Independent, el grupo de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) utilizó los registros de vuelo de un avión que usa la CIA para el transporte de prisioneros y otras informaciones para afirmar que algunas de las instalaciones secretas están ubicadas en Polonia y Rumania, dos ex países soviéticos, y que fueron usadas por primera vez en 2003. Según la organización, entre otros el avión hizo viajes en septiembre de 2003 desde Kabul al aeropuerto de Szymany, cerca de la localidad polaca de Szczytno, al norte de Varsovia, donde se cree que hay instalaciones de entrenamiento de la Inteligencia polaca. “El vuelo desde Kabul en septiembre de 2003 sucedió en un momento en que sabíamos que se estaba trasladando a un número de prisioneros fantasma”, dijo Tom Malinowski, de HRW. “De otra forma es difícil imaginar las razones por las que el avión realizaría esos viajes”, agregó.
Hay dos clases de detenidos. Alrededor de 30 “importantes” sospechosos de terrorismo están retenidos bajo el más estricto secreto en los “sitios negros” financiados por la CIA y manejados por personal de la agencia, incluyendo aquellos en Europa del Este y otros lugares. Por otra parte, más de 70 detenidos, considerados menos importantes, fueron entregados a los servicios de Inteligencia de países como Egipto, Jordania, Marruecos y Afganistán bajo un proceso conocido como “rendición”, dijo The Washington Post. Agregó además que las cárceles donde alojan a los miembros del último grupo están manejadas por el país local, con financiamiento de la CIA y a veces, ayuda en la dirección por parte de esa agencia. Los detenidos de la primera categoría, supuestos miembros de la red Al Qaida, están aislados del mundo exterior, no tienen derechos legales reconocidos y nadie fuera de la CIA puede hablar con ellos o verlos, añadieron las fuentes al diario. Estos “prisioneros fantasma”, cuya identidad se desconoce oficialmente, son en su mayoría cuadros de alto rango de Al Qaida, entre ellos Ramzi ben Al-Shaiba, uno de los presuntos coordinadores de los atentados de 2001 contra Nueva York y Washington, o el número tres de la organización, Jaled Cheij Mohammed.
Las repercusiones a nivel internacional no se hicieron esperar. Tailandia desmintió ayer haber permitido a la CIA la instalación de un centro de detención. El ministro del Interior de la República Checa, Frantisek Bublan, afirmó por su parte que Praga rechazó recientemente una solicitud de Estados Unidos para instalar en su territorio un centro de detención para trasladar algunos de los prisioneros actualmente recluidos en la prisión de su base en Guantánamo (isla de Cuba). “Hubo negociaciones hace aproximadamente un mes. Los estadounidenses hicieron esfuerzos por instalar aquí algo de ese tipo, pero no lo lograron”, declaró Bublan al diario on line Aktualne.cz. La CIA sin embargo no emitió declaraciones sobre el tema. “Rehusamos hacer comentarios”, fue la respuesta de un portavoz de la agencia. De la misma forma, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, alegó que no podía “discutir actividades de Inteligencia”. “Estamos comprometidos en una guerra contra el terrorismo y contra los militantes islámicos que están decididos a atacar Estados Unidos (...). Seguiremos buscando a los dirigentes terroristas que quieren hacernos daño”, indicó. Por otra parte Larry Johnson, un ex analista de la CIA, dijo que las noticias acerca de los lugares de detención están emergiendo porque los miembros de la agencia están preocupados. “Una vez la administración Bush está fuera de control”, sentenció.