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El ferroviario Edgardo Reynoso presentará hoy una querella contra el ministro del Interior, Aníbal Fernández, por haberlo acusado de participar de los hechos que tuvieron lugar en la estación de trenes de Haedo. “Voy a exigir que ponga todas las pruebas sobre la mesa y si no, que asuma los costos de injuriar a un ciudadano”, explicó a Página/12 Reynoso, quien ayer recibió el respaldo de los cuerpos de delegados sindicales de los ferrocarriles Sarmiento y Mitre, los dos que opera la empresa TBA.
“Como trabajadores, salimos a apoyar a nuestros compañeros y no aceptamos la judicialización de la protesta”, señalaron las agrupaciones gremiales de base no sólo en alusión a Reynoso, sino también a Armando Vivas, el otro denunciado por Fernández por su presunta participación en los sucesos de Haedo. “Veré en qué me ampara la ley y en ese marco voy a hacer todo lo que pueda”, precisó Vivas a este diario y se mostró “indignado por una denuncia tan irresponsable”.
Reynoso integra el cuerpo de delegados de Castelar de la Unión Ferroviaria. Vivas, en cambio, es un ex delegado de esa seccional del sindicato de maquinistas La Fraternidad que fue despedido después de tomar parte de las huelgas contra la privatización de los ferrocarriles a principios de los ’90.
Los delegados de las líneas operadas por TBA recordaron que ya hace una semana habían advertido a los pasajeros que esa empresa “brinda un pésimo servicio” con “falta de seguridad para usuarios y trabajadores” y “continuas cancelaciones y demoras” de los trenes. Las bases sindicales rechazaron la denuncia de Fernández contra Reynoso y Vivas y remarcaron que el Gobierno “nada dice de los subsidios que le aumentó a TBA, de la caja que hace todos los días TBA, del desastroso servicio que presta TBA”.
Reynoso dijo que querellará a Fernández porque se siente “calumniado e injuriado” y relacionó la acusación del funcionario con su desempeño sindical: “Me pregunto qué relación tiene con las denuncias contra (el secretario de Transporte, Ricardo) Jaime por el negociado irregular de Ferrovías y contra TBA”.
“El Gobierno y la empresa están tratando de desviar la atención del colapso que está sufriendo el sistema ferroviario”, evaluó Vivas, quien apuntó que “el ferrocarril es un servicio público, como hospital o escuela: debe estar administrado por el Estado y no hay que pensar en la ganancia”. También reveló que como vecino de Haedo se acercó a la estación a ver lo que ocurría y denunció que “mi nombre sólo pudo salir de la directiva de La Fraternidad”, a la que se opuso mientras fue ferroviario.