Miércoles, 11 de enero de 2006 | Hoy
250 de los 450 miembros del Parlamento ucranio destituyeron al gobierno de Viktor Yuschenko, acusándolo de “traición” frente a Rusia por el reciente acuerdo entre los dos países sobre el gas. Yuschenko queda ante la opción de disolver el Parlamento y se abre un vacío legal.
Por Andrew Osborn *
Desde Moscú
Ucrania entró en una nueva crisis política anoche, después de que el gobierno cayera por segunda vez en seis meses cuando los miembros del Parlamento votaron por destituir al gabinete en respuesta al supuesto acuerdo “traidor” con Rusia sobre los precios del gas. Reinaba una atmósfera febril mientras Viktor Yushchenko, el héroe de la Revolución Naranja de 2004, cuestionaba el derecho del Parlamento para disolver su gobierno mientras los ministros hablaban de que se abría un extraño vacío legal. Yushchenko insinuó que podría disolver el Parlamento en respuesta, mientras sus partidarios le pedían que asumiera un mando presidencial directo hasta que se pudieran llevar a cabo las nuevas elecciones parlamentarias a fines de marzo.
La crisis fue exacerbada por el hecho de que Yushchenko estaba en viaje al ex estado soviético de Kazajstán cuando su gobierno fue disuelto, y él dijo que no tenía intención de alterar su programa. El voto de censura de la Rada (Parlamento) fue pedido durante un debate sobre la reciente crisis de gas que empezó a comienzos de este año. La Rada adquirió la facultad de nombrar y destituir al gobierno a raíz de la reforma política que entró en vigor en Ucrania el pasado 1º de enero, pero, según el gobierno, esa prerrogativa aún requiere ser formalizada en varias leyes pendientes de aprobación. Moscú suspendió el suministro de gas de Ucrania durante tres días como respuesta a la negativa de Kiev de pagar precios más altos, lo que golpeó los suministros en toda Europa antes que los dos lados arreglaran un acuerdo para salvar la cara.
Yushchenko y su equipo saludaron el acuerdo (que efectivamente duplica el precio que Ucrania paga por el gas ruso) como una victoria para Kiev y desde entonces han tratado de sostener que la independencia económica de Ucrania se ha salvaguardado. Durante el debate parlamentario de ayer, Yuri Yekhanurov, el primer ministro de Yushchenko, hizo una defensa del tratado. Pero los miembros del Parlamento y los grupos de oposición no estaban convencidos. Dijeron ayer que no estaban contentos con el manejo de la crisis por parte del gobierno y lo acusaron de venderse a Rusia y de traicionar el interés nacional.
La moción de disolver al gobierno, que pareció tomar a muchos miembros del Parlamento por sorpresa, fue apoyada por 250 de los 450 miembros del Parlamento. La ex aliada y una vez primera ministra de Yushchenko, Julia Tymoshenko, se encontraba entre aquellos que votaron contra el gobierno junto con el Partido Comunista. El resultado de la votación encantó al “Partido de las Regiones” prorruso, los principales perdedores en la Revolución Naranja.
Aunque fue ostensiblemente desatado por la pelea del gas, los analistas de todo el espectro político dijeron que la votación tenía mucho que ver con la manipulación de la preelección en ciernes del 25 de marzo. Mucho está en juego ya que, bajo los nuevos cambios constitucionales, el Parlamento y el primer ministro serán más poderosos a expensas del presidente, un estado de cosas que alentó a los oponentes de Yushchenko que han planeado un regreso mientras su propia popularidad ha ido decayendo. También surgieron serias dudas sobre el acuerdo hecho con Rusia cuando se hizo pública la letra chica de lo que se acordó en las negociaciones de anoche.
Aunque el trato fue inicialmente pensado para tener una vigencia de cinco años, los políticos ucranianos están ahora diciendo que no tienen ninguna garantía de que Rusia no intente aumentar el precio nuevamente en seis meses. Un signo de interrogación pende también sobre la compañía intermediaria que abastecerá todas las necesidades de gas de Ucrania en el futuro. La identidad de sus principales propietarios no ha sido revelada y los políticos tales como Tymoschenko siembran dudas sobre la legalidad de sus prácticas empresarias, sugiriendo que figuras de la mafia clandestina pueden estar involucradas, declaraciones que son firmemente negadas por la empresa.
Las inquietudes de que un aumento en el precio pueda trasladarse directamente a los consumidores crecieron de la misma manera que los temores del impacto en la industria ucraniana. Yushchenko se comprometió a dar una respuesta detallada de la crisis esta mañana, mientras su primer ministro, Yekhanurov, sugirió que el gobierno puede tratar de ignorar la moción de censura.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
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