Jueves, 23 de febrero de 2006 | Hoy
Benedicto XVI anunció ayer los nombres de los primeros cardenales que nombra en su pontificado. En la lista figura un esloveno, ex arzobispo de la capital de ese país que vivió su adolescencia y juventud en el conurbano bonaerense, donde cursó los primeros años del seminario.
Por Andrés Osojnik
El papa Benedicto XVI nombró ayer a los 15 primeros cardenales de su pontificado, entre ellos un esloveno que vivió su adolescencia y primera juventud en la Argentina, donde incluso empezó a cursar el seminario. Los nuevos “príncipes” de la Iglesia serán confirmados en el también primer Consistorio de la era Ratzinger, previsto para el próximo 24 de marzo. Entre los nuevos cardenales figura también un venezolano, el único latinoamericano fuera del “casi argentino”.
Franc Rode, de 72 años, nació en Liubliana, la capital de Eslovenia, pero a los 11 años emigró con su familia tras el triunfo de la revolución socialista en Yugoslavia encabezada por el mariscal Tito. Después de tres años en campos de refugiados, llegó a la Argentina en 1948, junto con otros cientos de refugiados de ese país.
La familia Rode se instaló en Escobar y unos años más tarde se mudó a Ituzaingó, en el conurbano bonaerense. Allí hizo la escuela secundaria y luego volvió a Escobar para ingresar en el seminario de la orden de los lazaristas, de la Compañía San Vicente de Paul. Alrededor del año 1958 se mudó a París, donde finalmente fue consagrado sacerdote. Profesor de Filosofía, doctor en Teología, hombre culto y de modales frontales, Rode pasó años después a cumplir funciones pastorales en Eslovenia, donde fue nombrado arzobispo de Liubliana (el principal cargo de la Iglesia en ese país) en 1997 por el papa Juan Pablo II, con quien mantenía una estrecha vinculación.
Pero su discurso fuertemente confrontativo con el poder político, manejado por el reciclado ex Partido Comunista, pronto le traería críticas duras desde diversos sectores. Rode reemplazaba a un arzobispo (Alojz Sustar) más abierto al diálogo y buscador de consensos. Así, Juan Pablo II terminó por llamarlo al Vaticano el año pasado y en Liubliana nombró a Alojz Uran. Ya en Roma, Rode se convirtió en prefecto de la Congregación para los Institutos Religiosos, el órgano eclesial que dirige y supervisa la vida de todas las congregaciones del mundo.
Desde ese puesto estrechó aún más sus vínculos con Karol Wojtyla, quien sin embargo no llegó a nombrarlo cardenal, como era su voluntad. Lo hizo ayer su sucesor, Joseph Ratzinger.
Los cardenales constituyen “una especie de Senado” que ayudan al Papa en su tarea como “sucesor de San Pedro”, dijo Benedicto XVI al término de una audiencia general ante miles de fieles. De los 15 elegidos, 12 tiene menos de 80 años. El Papa no quiso superar el número de 120 cardenales menores de esa edad y con derecho al voto en caso de Cónclave para elegir nuevo Papa, límite fijado por Pablo VI y en contadas ocasiones superado por Juan Pablo II.
Entre los nuevos nominados se encuentra el arzobispo de Caracas, Jorge Urosa, de 63 años, quien fue designado arzobispo de la capital venezolana en septiembre del 2005. También figura quien fue secretario privado de Juan Pablo II, el obispo de Cracovia Stanislav Dzivisz; el sucesor de Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio, el arzobispo estadounidense William Joseph Levada; y el arzobispo español Antonio Cañizares, también cercano al Papa. En especial no sorprende el nombramiento de Dzivisz, de 66 años, que fue la mano derecha del anterior Papa durante sus 26 años de pontificado, hasta el punto de ser nombrado su albacea.
Otro de los nombres de la lista es el del arzobispo de Hong Kong desde octubre de 2002, Joseph Zen Ze-Kiun, propulsor de la libertad religiosa en la isla. Debido a sus críticas a Pekín, las autoridades chinas le impusieron la prohibición de entrada en el país.
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