El Senado entregó anoche su apoyo al Ejecutivo “para que en caso de resultar necesario” someta al Tribunal de La Haya el conflicto que la Argentina mantiene con Uruguay por la instalación de dos plantas productoras de celulosa en la fronteriza localidad de Fray Bentos. A pesar de las diferencias presentadas por bloques y senadores de la oposición, la declaración logró un respaldo unánime. Desde los palcos, los vecinos de Gualeguaychú aplaudieron las intervenciones más encendidas y las que hicieron los senadores por Entre Ríos. No fueron pocos los legisladores que alertaron sobre los riesgos que implica presentarse ante un tribunal internacional que sospechan hostil.

El socialista Rubén Giustiniani, el radical independiente Rodolfo Terragno, el renovador salteño Ricardo Gómez Diez y el bloque de la UCR presentaron distintas alternativas para modificar la declaración del oficialismo. Algunos apuntaron a la formación de una comisión legislativa binacional, otros a presentarse ante el Mercosur y casi todos a una reunión de los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Argentina, Néstor Kirchner. A pesar de que no se tuvo en cuenta ninguna de sus propuestas, todos respaldaron la iniciativa oficialista. El temor a ser estigmatizados como “antipatria” o como insensibles a un reclamo popular primó por sobre sus propias definiciones.

“Medalla de oro del gobierno uruguayo”, le dijo fuera de micrófono Miguel Angel Pichetto a la puntana Liliana Negre de Alonso cuando ésta estaba haciendo uso de la palabra. Negre había dicho que “el canciller Jorge Taiana retaceó información al Senado” y que “no podía decir que actuó con optimismo y pecó de ingenuidad”. Negre de Alonso aseguró que acompañaría el proyecto que había presentado con su compañero de bancada Adolfo Rodríguez Saá. A través de un proyecto de ley, los puntanos le reclamaban a la Nación que delegue en Entre Ríos la facultad de recurrir por su cuenta exclusiva al tribunal internacional. Al borde de las lágrimas, la puntana presentó una moción de privilegio contra Pichetto por lo que calificó como actitudes “discriminatorias y autoritarias” de parte del titular del bloque mayoritario. Cuando le tocó cerrar el debate, Pichetto reivindicó la mesura del Senado y “la defensa del interés nacional”. Destacó a casi todos los senadores, “salvo una lamentable posición”, en referencia a Negre de Alonso. Sin nombrarla, Piche-tto puntualizó que la puntana privilegió posicionarse en la política interna en lugar de tener una mirada internacional.

“El conflicto con Uruguay no lo va a resolver la Justicia”, subrayó Terragno. El porteño destacó que “el tribunal recién se expedirá en el año 2010”. Para que no quedaran dudas, aseguró que “tampoco una medida cautelar es una solución”. En este punto, Terragno recordó que a raíz de una presentación de Nueva Zelanda en 1995, la Corte de La Haya no hizo lugar a medidas precautorias “ni siquiera frente al peligro de contaminación nuclear”. Repasando el caso, comentó que Nueva Zelanda había recurrido al tribunal internacional luego de que en junio del ’95 el presidente francés Jacques Chirac, anunció que Francia retomaría los ensayos nucleares en el atolón de Mururoa, en el Pacífico Sur. Terragno insistió en la necesidad de “analizar las posibilidades de éxito ante La Haya ya que sus decisiones son inapelables”. El senador porteño criticó al gobierno argentino y al uruguayo ya que dijo que “ambos creyeron que la fuerza rendiría más resultados que el diálogo”.

Terragno, Giustiniani, Gómez Diez, los radicales, y hasta el propio Carlos Menem, coincidieron en la importancia de formar una comisión binacional legislativa que destrabe el conflicto. Hilda “Chiche” Duhalde destacó que “la política exterior es un resorte del presidente de la Nación”. Menem habló por primera vez desde que es senador. En su discurso, el riojano reivindicó la necesidad de una diplomacia parlamentaria y una diplomacia presidencial. Pichetto subrayó “la mala fe de Uruguay”. Algo que dijo que no se compatibiliza con su historia.