Si se tratara de un paciente psiquiátrico podría diagnosticarse el trastorno de la bipolaridad. Alguien que pasa de la euforia a la depresión sin escalas. El negocio de la carne atraviesa por un período parecido a esos estados de ánimo. Un par de semanas atrás, el brote de aftosa en la provincia de Corrientes presagiaba una crisis en el sector, con caídas en los precios y desplome de las exportaciones. Limitada esa tormenta, ahora volvió la euforia de productores e industriales. Por ese motivo, en el Gobierno existe preocupación por el salto que vienen mostrando los precios en el Mercado de Liniers y empezaron a tomar medidas.

Ayer la hacienda subió 2 por ciento, por lo que ya acumula un alza del 5,9 por ciento, en promedio, en la última semana. Esto significa que recuperó todo lo perdido durante la crisis tras la reaparición de la aftosa. La clave del repunte se relaciona con el limitado impacto comercial que finalmente tuvo el brote viral: con la excepción de Chile, los mejores mercados externos (Europa, Israel, Rusia, Argelia y Sudáfrica) castigaron sus compras provenientes de Corrientes, pero mantuvieron las del resto. En Economía estiman que las pérdidas de exportaciones serían de escasos 37 millones de dólares en el año. La aparición de otro animal presumiblemente enfermo de aftosa en Corrientes no cambiaría el escenario ya que fue hallado en la zona de exclusión, en un campo vecino al de Romero Feris.

Frente a este panorama y frente a la posibilidad de que la tendencia alcista se extienda, en la Secretaría de Agricultura empezaron a tomar medidas. Ayer se decidió darles un plazo de un mes adicional a los frigoríficos y a los productores para que cumplan con los envíos de la Cuota Hilton. En principio había tiempo hasta el próximo miércoles para embarcar a Europa el 70 por ciento de las 28 mil toneladas de la Hilton. Como hasta el momento no se llegó a completar ese cupo, a los exportadores les darán un mes más para hacerlo. La extensión servirá para quitarle presión al mercado y para que no sigan aumentando los precios.

Por otra parte, en los próximos días se convocará a la mesa de Ganados y Carnes, que nuclea a todos los operadores del negocio cárnico. El Gobierno quiere marcarlos de cerca, en un nuevo intento por frenar un recalentamiento de los precios.

En esa mesa quedará a la luz que ni la reaparición de la aftosa ni el lanzamiento del registro a las exportaciones frenaron las ventas al exterior. Para sorpresa de los propios funcionarios, los embarques crecieron un excepcional ¡484 por ciento! si se compara la primera quincena de febrero con el mismo período de 2005: totalizaron 121 millones de dólares. En volúmenes, el salto fue de 10,5 millones de toneladas a 47,5 millones. Uno de los puntos que quiere destacar Economía es que el fortísimo incremento de las exportaciones tiene una marcada incidencia sobre los precios internos. Y que se controlará la autolimitación a las ventas propuesta por las propias compañías.

Felisa Miceli también tiene decidido seguir adelante con la decisión de limitar la faena de terneros. La semana que viene empieza a regir el nuevo tope, de 280 kilos, y hay una fuerte presión de los ganaderos para que esa iniciativa vuelva a postergarse. Ahora el límite se encuentra en 260 kilos.

Estacionalmente, febrero es un mes complicado para la carne ya que disminuye la oferta. El año pasado, los distintos cortes se encarecieron entre 4 y 5 por ciento. Más allá de la retracción que pudo haber ocurrido ahora por las lluvias en algunas zonas de la provincia de Buenos Aires, en el equipo económico piensan que algunos operadores quieren aprovecharse del reducido impacto por la aftosa: tienen en la lupa a los consignatarios y a los supermercados. Hay algunos que concentran entre 10 y 15 por ciento de las compras en Liniers.