Martes, 28 de febrero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › LA ORGANIZACION VASCA HABRIA ACORDADO ABANDONAR LA LUCHA ARMADA
Según el diario El Mundo, los servicios de seguridad le comunicaron a Rodríguez Zapatero en noviembre la decisión del grupo separatista.
¿Por qué algunos diarios españoles y el propio gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero dieron señales sólo once días atrás de una inminente tregua de ETA, que se terminó desplomando horas después cuando una bomba explotó en el norte del país? ¿En qué información se basaron? ¿Estaban equivocados? Todas estas preguntas parecen haber encontrado respuesta ayer cuando el diario El Mundo difundió que la organización separatista vasca habría acordado en una reunión en noviembre pasado “explorar las vías políticas” y abandonar la lucha armada, aunque sin renunciar a las reivindicaciones de autonomía. En ese encuentro, que habría sido informado por los servicios de seguridad al gobierno, ETA también habría resuelto mantener “su estrategia terrorista de baja intensidad”, lo que explicaría la bomba que socavó los incipientes rumores.
Como explica el diario español, la estrategia de anunciar una tregua al tiempo que se mantiene la campaña de ataques de “baja intensidad” –es decir, sin víctimas– contra las empresas que se niegan a pagar “el impuesto revolucionario” tiene dos objetivos. Por un lado, reunir fondos para iniciar la etapa “política” y, por otro, reafirmar que no se trata de una rendición. De hecho, la organización vasca no planea, al menos en un primer momento, desmovilizar a sus comandos. Según los servicios de seguridad del gobierno, sólo un pequeño grupo sigue sosteniendo la necesidad de no deponer las armas, mientras que la línea más moderada del dirigente José Antonio Urrutikoetxea parece haber logrado convencer a la mayoría de la organización de que ni el contexto internacional ni su decreciente fuerza les son favorables para continuar la lucha armada.
A pesar de los supuestos informes de los servicios de seguridad del gobierno, la posición de ETA todavía es incierta tanto para el oficialismo como para la oposición, que aprovechó la multitudinaria marcha de grupos de víctimas del sábado pasado para hacer público, una vez más, su rechazo a la política de diálogo de Zapatero con la organización vasca. Ayer, el gobierno y el Partido Socialista (PSOE) no dudaron en cuestionar e incluso denunciar la manipulación del Partido Popular (PP) –principal opositor– en la manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), la mayor organización de este tipo y una de las principales opositoras a la política de negociación con ETA. El presidente del PP, Mariano Rajoy, fue la figura política del acto, junto con el ex presidente –también del PP– José María Aznar.
Una de las críticas más duras vino del secretario de Organización del PSOE, José Blanco, que aseguró que mientras el PP “tiene todo el derecho” a organizar protestas contra el gobierno, “es irresponsable hacerlo utilizando el terrorismo como pretexto” y “es cobarde escudarse tras una asociación de víctimas para protegerse de las críticas”. Zapatero tuvo un tono más conciliador al instar al PP a sumarse “para ganar la paz”. Zapatero, que pidió “calma” y “contención”, recordó que cuando el gobierno de Aznar autorizó contactos con ETA en 1999, el PSOE apoyó plenamente la iniciativa. “No lo hice por apoyar a Aznar sino a mi país”, aseguró el presidente socialista, que pidió a Rajoy y a su partido que hagan lo mismo. Desde el PP, el ex presidente Aznar afirmó que “se trabaja para firmar una especie de tratado de paz con los terroristas” y denunció que la actitud del gobierno en la lucha contra el terrorismo es “dañina para los intereses nacionales”. Para Rajoy, esto quedó evidenciado con la marcha del sábado, en la que se rechazó cualquier negociación con ETA.
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