Aníbal Ibarra se cruzará otra vez hoy con los familiares de las víctimas de República Cromañón en la Legislatura porteña, adonde concurrirá para fijar su posición final ante los legisladores que el próximo 10 de marzo decidirán si lo destituyen o lo reponen en su cargo. El jefe de Gobierno –quien a los apoyos que ya había conseguido suma ahora el de casi un centenar de diputados y senadores, la mitad de ellos kirchneristas (ver recuadro)– cuestionará el proceso al que está sometido y pedirá “que la tragedia sea repuesta en el centro del debate público”. Ibarra hablará después de los alegatos de la acusación y la defensa y sus palabras marcarán el cierre de la última audiencia antes al veredicto.

Las audiencias del juicio político a Ibarra terminarán sin sorpresas: los fiscales pedirán la destitución del jefe de Gobierno y su inhabilitación para ocupar cargos públicos por diez años –el máximo previsto para el caso–, mientras que sus defensores solicitarán que sea absuelto. En otras palabras, en nada variaron las posiciones que tenían hace tres meses, cuando comenzó el proceso por el que pasaron poco más de 100 testigos al cabo de 16 audiencias.

La acusación hará su alegato por la mañana. Tendrá dos horas a partir de las 9 y la presentación estará organizada en tres partes; los fiscales Jorge Enríquez, Jorge San Martino y Rubén Devoto evitarán así los problemas de cartel. La fiscalía insistirá en que quedó suficientemente probado que Ibarra desoyó las alertas institucionales sobre una posible tragedia como la de Cromañón, que abdicó del ejercicio del poder de policía y que no hubo una adecuada respuesta frente a la emergencia.

Entre las 16 y las 18, la defensa dirá, en cambio, que no hay ningún elemento que justifique la destitución de Ibarra y reiterarán que su juicio tuvo motivaciones políticas. El ex fiscal del Juicio a las Juntas Militares, Julio César Strassera, cargará con la mayor parte del alegato, aunque también hablarán los otros dos defensores del jefe de Gobierno: Julio Golodny y Fernando Castejón.

Las presentaciones finales de la acusación y la defensa pasarán a segundo plano a partir del momento en que Ibarra empiece a pronunciar sus últimas palabras en el proceso. El discurso del jefe de Gobierno será de contenido político.

Ibarra no se valdrá de ningún texto y hará una exposición espontánea ante los legisladores. Anoche repasaba aún los ejes de su discurso, pero ya tenía claro que no se referirá sólo al juicio político, sino a todo el proceso que comenzó con posterioridad al incendio del boliche de Once y al papel que tuvo la comisión investigadora de Cromañón integrada por la oposición. Sus colaboradores adelantaron que remarcará que “todo este proceso, al que define como una pulseada política, puso la tragedia en un margen”. Ibarra sostendrá que “perdimos mucho tiempo, ahora es la oportunidad para volver a trabajar todos juntos por la ciudad” y reclamará “que la tragedia sea repuesta en el centro del debate público”.

El discurso de Ibarra estará en línea con sus declaraciones de ayer: “El juicio político va a contramano de la sociedad”. En referencia a la oposición, el jefe de Gobierno manifestó además que el proceso “sólo sintoniza con la intención de algún sector político” y agregó que entre la dirigencia política que lo respalda “hay preocupación” porque “se instale en la Argentina” el juicio político en casos de “un accidente”.