La novela de las elecciones italianas promete varios capítulos más. Como anticipó ayer Página/12, el primer ministro Silvio Berlusconi publicó hoy una carta en el diario Corriere della Sera –que provocó divisiones dentro de su coalición–, en la que sostuvo que de los comicios emergieron “dos visiones de Italia”, sin “vencedores ni vencidos”, y ello requiere acuerdos entre la coalición de centroizquierda –que obtuvo la mayoría en las dos Cámaras del Parlamento– y la de centroderecha. La Unión, de Romano Prodi, rechazó una vez más la formación de un gobierno de coalición, mientras su líder dijo que Berlusconi debe “pedir perdón” por sus denuncias de fraude y lo exhortó una vez más a reconocer su derrota. Pero eso no fue todo. La derecha siguió buscando artimañas para declararse vencedora. Esta vez, fue de la mano del ex ministro de Reforma Institucional Roberto Calderoli, que aseguró que se atribuyeron votos a La Unión que en realidad correspondían a La Casa de las Libertades.

La lucha de Berlusconi por el poder se ha desarrollado en estos últimos días hasta convertirse en una peligrosa maniobra solitaria. Parece que sus socios están hartos de continuar apoyando a un Cavaliere que se aferra ciegamente al poder. Así ninguno de sus ministros, habitualmente fieles, se manifiesta respecto a la disputa del fraude. Incluso parece que la tierra se tragó al ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, que normalmente sigue a Berlusconi como si fuera su sombra y está considerado uno de sus más estrechos asesores. No sólo los ministros no se expresan sobre tales temas, sino que cuando lo hacen, muchos lo hacen en contra de Berlusconi. El ministro de Justicia, Roberto Castelli, atacó públicamente el proceder del todavía jefe de gobierno, quien en una carta al Corriere della Sera propuso una coalición con la alianza de centroizquierda de Prodi, según el lema de “mejor algo de poder que ninguno”. Castelli –y muchos otros políticos de la centroderecha–, están enfadados por el hecho de que Berlusconi no acordó esta propuesta con sus aliados. “Así es como destruye la Casa de las Libertades, la alianza”, aseguró Castelli.

Il Cavaliere, además de recibir críticas desde sus propios aliados, también las obtuvo de sus opositores. Prodi advirtió ayer que Berlusconi debe “pedir perdón” por sus denuncias de fraude y lo instó –una vez más– a reconocer su derrota. “Ya dije lo que debía decir. Berlusconi debe reconocer cómo fueron las cosas y creo, después de lo que ha dicho sobre los fraudes, que debe pedir perdón”, expresó el líder de La Unión. Además, la centroizquierda rechazó nuevamente cualquier posibilidad de un gobierno de coalición como el alemán. “Quien obtiene la mayoría, gobierna”, señaló un político aliado a Prodi. La ronda de conversaciones para la formación de dicho gobierno comenzará a mediados de mayo, después de la elección del nuevo presidente italiano, en sustitución de Carlo Azeglio Ciampi.

Sin embargo, hay algunos sectores de derecha que insisten en declararse victoriosos. Es el caso del ex ministro de Reforma Institucional Roberto Calderoli, uno de los redactores de la ley electoral, que ayer aseguró que se contaron mal los votos y que, en realidad, la coalición conservadora ha ganado en el Parlamento, afirmación que fue rápidamente contestada por exponentes de la centroizquierda. Calderoli aseguró que independientemente de las actuales verificaciones de los votos nulos, la coalición de centroderecha está 20.000 votos por delante en la Cámara de los Diputados. La explicación es que a la Unión de Prodi, se le han atribuido más de 45.500 votos del partido Liga Alianza Lombarda, que se presentó en una sola circunscripción, por lo que no deben ser contabilizados para la coalición de centroizquierda, aseguró. La nueva ley electoral, aprobada hace sólo cuatro meses, establece un complejo sistema de mayorías y mínimos de votos para hacer el recuento. La coalición el Olivo, que constituye el núcleo de la coalición de centroizquierda, refutó los dichos del ex ministro alegando que la Liga Alianza Lombarda “está regularmente relacionada con la Unión” y que en la ley no se prevé un número mínimo de circunscripciones en las que debe presentarse una lista. Seguramente, la historia continuará.