Geraldo Alckmin, candidato a la presidencia de Brasil por el Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), no es hombre de gastar bromas. Pero en el primer día de campaña oficial le dedicó una, cargada de veneno, a su rival, el presidente Luiz Inácio Lua da Silva, de quien dijo que es “muy rico (riquinho) para ser el candidato de los pobres”. Ocurre que en su declaración de bienes, el mandatario y líder del Partido de los Trabajadores informó contar con un patrimonio de 840 mil reales (unos 400 mil dólares), donde más de la mitad corresponden a acciones, las que se valorizaron extraordinariamente gracias a las altas tasas de interés aplicadas en sus tres años y medio de mandato, en los que aplicó una política económica ortodoxa. La tasa de interés anual es hoy del 15,25 por ciento.

Además, el PT anunció que gastará unos 40 millones de dólares en la campaña, más del doble que en la anterior, y bastante más de los 30 millones que anunció Alckmin. Lula tiene que ir “al banco de suplentes”, debe dejar que ingrese a la cancha “un equipo nuevo”, propuso Al-

ckmin el jueves en diversos actos en los estados de Santa Catarina y San Pablo, tratando de capitalizar el descontento popular por el fracaso brasileño en el Mundial de Fútbol. El dirigente del PSDB usó la oportunidad para promover su programa de centroderecha, basado en la reducción de impuestos y el estímulo a las inversiones. También cargó contra el gobierno por ser concesivo con Bolivia luego de la nacionalización del gas en detrimento de los intereses de Petrobras. La caída de los “galácticos” adelantó el inicio de la campaña, que todos imaginaban para el lunes 10 de julio, tras la conquista que no fue. El buen humor de Al-

ckmin tal vez obedezca a su repunte en las últimas encuestas, que le dan 29 por ciento de intenciones de voto, contra 46 por ciento de Lula, lo que abre la posibilidad de un ballottage, algo que parecía improbable un mes atrás. Alckmin renunció al gobierno de San Pablo para pelear la presidencia, pero su imagen sigue vinculada con la actual administración estadual y la crisis de seguridad que no parece capaz de resolver. En mayo una organización criminal lanzó una cadena de ataques urbanos, repelidos brutalmente por la policía con un saldo estimado en 400 muertos. La guerra continúa. En la última semana, supuestos miembros de la banda PCC, dirigida desde los presidios, mataron a 5 agentes penitenciarios en diversos puntos del Estado. En presunta represalia, los 1443 presos de la cárcel de Araraquara, con capacidad para 160, permanecen encerrados en el patio. La foto de los presos semidesnudos y hacinados ocupó las tapas de los principales diarios de ayer.