Sábado, 8 de julio de 2006 | Hoy
Por A. G.
A lo largo del torneo hubo jugadores que mostraron su maldad, algunos que pagaron sus culpas y otros que quedaron impunes. En ese rubro se podría ubicar a Lehmann, el arquero alemán, que les arrojó un pelotazo a los suplentes argentinos y que en el partido ante Italia bajó en el área con mala fe a Grosso, en una acción que hizo recordar la de su compatriota Schumacher ante el francés Battiston en el Mundial ‘82. También quedó sin sanción el líbero del equipo, el holandés Boulahrouz, que le metió un planchazo inolvidable y sacó de la cancha a Cristiano Ronaldo, pero ni siquiera ligó amarilla. Menos suerte tuvo el lateral triniteño Avery John, que se fue expulsado ante los suecos, pero la patada que pegó en Trinidad la vieron desde Tobago. Figura y capitán del team, el italiano Marco Materazzi completa la última línea, aunque en su defensa hay que decir que el planchazo que le valió la roja ante Australia se la pegó a su compañero Zambrotta y no a un rival. Jugador polifuncional, Leandro Cufré integra el equipo por su tijera voladora a Mertesacker, cuando ya había concluido el partido ante Alemania.
En la mitad de la cancha, Frings pegó, huyó y parecía que no lo pescaban, pero los italianos mostraron un video y pagó por su supuesto golpe a Cruz. Otro que pagó con una suspensión fue Deco. Enojado porque los holandeses no devolvieron la pelota tras mandar una pelota afuera para la atención a un compañero, practicó el corte de la manzana, pero con un naranja. También cortó, pero de un codazo, el italiano De Rossi. Tal golpe le aplicó al yanqui McBride que se comió cuatro jornadas de suspensión. El mediocampo de los duros lo completa Figo, que en la batalla de Nuremberg ante los holandeses metió cabezazo limpito como el de Ayala a Alemania, pero el árbitro Ivanov no vio nada.
En el ataque, otra de las estrellitas del equipo: Rooney, casi un hooligan, le aplicó la patada descendente a los testículos de un portugués. Pero como Cristiano Ronaldo fue testigo y Horacio Elizondo hizo justicia, Wayne vio la roja y fue tapa de The Sun. El otro delantero fue Kezman, que no se bancó el baile de Argentina y aplicó a Riquelme y a Mascherano. De Serbia y Montenegro, con uno no le alcanzaba.
Obviamente, el DT es Felipao, quién otro si no, capaz de pelearse con Van Basten porque dice que manda a pegar a Holanda o hacerle gestos de que le está robando a Domenech por una falta en la mitad de la cancha.
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