Estados Unidos no espera que suceda un cambio en Cuba sino que trabaja para hacerlo realidad. Esta frase bien podría ser parte de las constantes denuncias del gobierno cubano. Sin embargo, fueron las palabras que el presidente George Bush eligió ayer para presentar su nuevo plan para “ayudar en la transición política” en la isla. El documento, redactado por la Comisión de Ayuda a una Cuba Libre, propone incentivos con condiciones para un gobierno de transición en la isla y financiación para organizaciones opositoras. La Habana ya calificó a la iniciativa como prepotente y bochornosa, y denunció que viola el derecho internacional. Por su parte, la oposición cubana recibió con algunas dudas la propuesta.

El plan también pide rastrear el destino de exportaciones cubanas, prohibir el envío de remesas de Estados Unidos a Cuba mediante terceros países y crear un grupo de trabajo para aplicar mejor las sanciones económicas existentes. El financiamiento a los grupos opositores alcanzará los 80 millones de dólares en los próximos dos años, y se prevén 20 millones de dólares extra a partir del 2009. “El objetivo es poder dar a los cubanos para que se preparen para el cambio”, se explica en el documento, que todavía debe ser aprobado por el Congreso. En La Habana, la respuesta oficial llegó desde la televisora estatal. “Es un manifiesto acto violatorio de la soberanía e independencia de los Estados”, se afirmó.

Entre los grupos opositores cubanos, las reacciones variaron y no fueron del todo optimistas. Elizardo Sánchez, líder de una Comisión de Derechos Humanos clandestina, dijo que hay sectores que están preocupados. “El informe es otro ejemplo de las iniciativas de Washington, que tienen un efecto más bien contraproducente y llevan agua al molino del régimen totalitario”, explicó. Miriam Leyva, una de las Damas de Blanco –esposas de presos políticos–, tampoco le dio la bienvenida al plan de Washington. “No me parece adecuado destinar dinero para la oposición interna. No lo queremos y además eso nos puede llevar a la cárcel”, aseguró. Para Leyva, el futuro de la isla debe decidirlo el pueblo de Cuba.