Una mala para el cartel de Tijuana. Las autoridades estadounidenses detuvieron a Francisco Javier Arellano Félix, alias El Tigrillo, uno de los capos de ese cartel mexicano. El Departamento de Justicia norteamericano indicó que la Guardia Costera detuvo en la mañana del lunes a Arellano Félix mientras pescaba en aguas internacionales, a unas 15 millas náuticas de La Paz, en Baja California (México). Según Paul McNulty, fiscal general adjunto estadounidense, el capo de la droga viajaba bajo una identidad falsa y en compañía de otras diez personas, entre ellas tres menores, que también fueron arrestadas a bordo del “Doc Holiday”. “Esta persona es uno de los 45 narcos más conocidos y más buscados en el mundo. No se trata de una detención de mediana importancia”, dijo Michael Braun, jefe de operaciones de la Agencia Antidroga estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés). En tanto, McNulty no dudó en presentar al mexicano como “uno de los mayores narcotraficantes del mundo”. El Departamento de Estado había ofrecido en 2003 una recompensa de hasta cinco millones de dólares por la captura de El Tigrillo y de su hermano Eduardo, que sigue en libertad. “Desde hace más de diez años, esta organización familiar controla el narcotráfico y alimentó literalmente nuestro país con toneladas, cientos de toneladas de diferentes drogas, como la cocaína, la marihuana, las metanfetaminas y heroína”, sostuvo Braun. Sin embargo, no todos opinan que la detención de El Tigrillo es un golpe a los narcos. “El cartel de los Arellano Félix no va a ser afectado por ese arresto”, indicó el experto mexicano Jesús Blancornelas. “Los otros siguen trabajando. Ahora son Francisco Eduardo y Enedina Arellano Félix (hermano y hermana) quienes manejan el cartel”, afirmó. La DEA duda, no obstante, de la capacidad de otros miembros de la familia para asumir el relevo del capo detenido. “Tenemos la sensación de haber cortado la cabeza de la serpiente”, afirmó Braun. Según el jefe de la DEA, dicho grupo de narcotraficantes empezó a perder importancia en 2002 tras la muerte de Ramón, otro de los hermanos Arellano Félix, una familia que había tomado el control del cartel a finales de los años ’80.