Hace casi tres meses que la India se vio sacudida por los atentados en los trenes de Bombay, que dejaron unos 200 muertos y más de un centenar de heridos. Y ni un rastro de los culpables, sólo sospechas. Hasta esta semana: es que la India, por primera vez en la investigación, emitió una declaración que probablemente aumente las tensiones en el subcontinente. En esa declaración acusó directamente a los servicios de inteligencia de Islamabad (ISI) de planear el atentado. India agregó que presentaría las pruebas del caso. El Ministerio de Exteriores de Pakistán declaró oficialmente que tomará acciones contra los paquistaníes que participaron en los atentados de Bombay del pasado 11 de julio, si se prueba su relación con los ataques.

La inteligencia india siempre creyó que los atentados fueron obra de una acción conjunta entre Lashkar-e Toiba (Let) –un grupo militante musulmán con base en Pakistán– y el Movimiento de India de Estudiantes Islámicos (SIMI). El primer ministro de la India, Manmohan Singh, estaba seguro de que los terroristas fueron “instigados, inspirados y apoyados por elementos del otro lado de la frontera, sin los cuales no podrían actuar tan devastadoramente”. Tasneem Aslam, portavoz del Ministerio de Exteriores de Pakistán, afirmó que si el gobierno de su país tiene alguna información que sugiera un vínculo entre paquistaníes y los atentados de Bombay, tomará medidas contra estas personas y ayudará a la India. Pero Aslam agregó que Pakistán espera que la India comparta información sólida para que Islamabad pueda colaborar con ellos. La portavoz paquistaní había descripto en el pasado las acusaciones indias como mera propaganda para calumniar a Pakistán.

La policía india dijo ayer que había capturado a uno de los sospechosos clave en la investigación. Asif Khan, que se cree que es de nacionalidad paquistaní, fue capturado el lunes y es la 16ª persona apresada en conexión con los ataques.