Cientos de estudiantes secundarios chilenos que habían tomado sus colegios en procura de reformas educativas ayer fueron desalojados violentamente por carabineros. Los enfrentamientos dejaron un saldo de 100 detenidos. En respuesta a los desalojos y a las amenazas de suspensión de matrículas y de expulsiones de los liceos, los pingüinos, como se hacen llamar los estudiantes por sus uniformes blancos y azules, convocaron a un paro nacional para hoy.

Desde la semana pasada, los estudiantes secundarios tenían tomados varios colegios emblemáticos de Santiago para protestar por el trabajo que viene realizando el Consejo Asesor Presidencial de Educación, un organismo ad hoc nombrado el año pasado por la presidenta Michelle Bachelet después de una ola de protestas estudiantiles. Los estudiantes dijeron que adoptaron las tomas de colegios como metodología de protesta para evitar los palazos que habían recibido en la calle de parte de los carabineros en las protestas del año pasado. Era para los estudiantes secundarios una forma de manifestarse estando a salvo del enfrentamiento con los carabineros. Pero ayer los carabineros entraron a los colegios.

“Esto lo único que provoca es que los alumnos no tomen los colegios, pero sí que vuelvan a salir a las calles. Y en las calles las cosas se complican”, indicó la dirigente estudiantil María Huerta, detenida en el desalojo del Instituto Nacional. “El estar en la toma era una forma totalmente pacífica de presionar. Ahora vas a tener a los alumnos sin clases, afuera de los liceos, haciendo destrozos. Entonces si ellos tomaron la decisión, ¡que asuman que los secundarios no van a estar tan tranquilitos!”, agregó.

El gobierno justificó los desalojos argumentando que un grupo minoritario de estudiantes no deja que el grupo mayoritario concurra a clases. “Entendemos que detrás de estas manifestaciones hay insatisfacción y que de eso tenemos que hacernos cargo, pero no a través de actitudes violentas, donde un número determinado de alumnos impida que otro gran número de alumnos pueda hacer lo que tanto quieren, que es estudiar”, afirmó la ministra de Educación, Yasna Provoste. El episodio más violento de la jornada se vivió en el Liceo de Aplicación, donde los estudiantes lanzaron piedras e incluso sillas a los uniformados desde la azotea del colegio.

La situación se empezaba a calmar cuando llegó al liceo el presidente del Colegio de Profesores, Jorge Pavez. Los pingüinos lo acusan de traidor porque el gremio de maestros aceptó el domingo un acuerdo con el gobierno para mejorar su situación laboral. Su presencia encendió la ira de los estudiantes, que nuevamente se parapetaron en el colegio y lanzaron toda clase de objetos contra el dirigente. Pavez lamentó la actitud de los estudiantes y explicó que su presencia sólo buscaba calmar los ánimos. El desalojo Liceo de Aplicación terminó finalmente con casi 50 detenidos.

“El gobierno asumió que no es un movimiento generalizado, porque es sólo en algunos establecimientos y no la mayoría del estudiantado. Por eso se decidió la medida, que no había sucedido en las movilizaciones de mayo y junio”, afirmó Jorge Pavez, presidente del Colegios de Profesores. “En democracia esto nunca había sucedido”, agregó en diálogo telefónico con Página/12.

Informe: Virginia Scardamaglia.