El presidente Evo Morales ganó una partida de cartas magistral. Con una movilización impresionante en el centro de La Paz y una amenaza de promulgar por decreto la reforma agraria consiguió, al filo de la navaja, que el Senado aprobara la ley que venía bloqueando desde hace varias semanas. En La Paz se especulaba cion que el presidente promulgue la ley hacia la medianoche. Horas antes, la amenaza de un decreto presidencial para aplicar la reforma de la Ley de Tierras planeó ayer en la Plaza de Los Héroes. Ante unos 6000 indígenas que acudieron de todas las regiones del país para exigir al Senado que sancione de una vez la normativa, el presidente Evo Morales envió un claro mensaje a la oposición que, dentro del Poder Legislativo, cerraba el paso al proyecto. Morales advirtió que si el pueblo lo respalda firmaría un decreto para “acabar con el latifundio”.

La pugna entre el Ejecutivo y los sectores de la oposición ha llegado a niveles alarmantes en Bolivia. La reforma de la Ley de Tierras (INRA) está parada desde hace dos semanas en el Poder Legislativo a raíz del bloqueo al Senado decidido por los partidos Poder Democrático y Social (Podemos), Unidad Nacional (UN), y el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). El antagonismo es a veces tan absurdo que el presidente tuvo que realizar una gira por el exterior en dos etapas porque no consiguió la aprobación legislativa que lo autoriza a dejar el país por más de 5 días.

Morales llegó de Holanda ayer a primeras horas de la tarde, participó en la inauguración del acto organizado por los indígenas y los movimientos sociales y luego postergó su salida hacia Nigeria esperando la aprobación de la ley. El eje de la ruptura entre el oficialismo y la oposición radica en que los tres partidos de la derecha no quieren que, tal como lo prevé la ley, las propiedades rurales ociosas sea revertidas.

El mandatario está bajo la doble presión ejercida por los partidos opositores y también por sus aliados naturales, es decir los movimientos sociales que colmaron la Plaza de Los Héroes. Confederaciones tan poderosas como la de los Pueblos indígenas del Oriente (Cidob) exigen que se garantice la propiedad de las tierras a los originarios. Pedro Numi, miembro de la Cidob, fue más lejos: “También se debe garantizar el acceso a la educación, la salud y la tecnología agrícola”.

Todo parece indicar que el decreto sobre la Ley de Tierras ya está redactado y que Morales dio un plazo de algunas horas a la oposición para hacer más redonda la sanción de la ley. El texto ha sido ya consensuado con los dirigentes de los principales movimientos indígenas y campesinos. Desde la tribuna de la Plaza de Los Héroes, el presidente se dirigió a los terratenientes para que dejen voluntariamente las propiedades y no exponerse así a la toma de las tierras. Miles de hombres y mujeres con bolsas y bultos atados a las espaldas con los que habían recorrido el país a pie aplaudieron a rabiar la decisión anunciada por el jefe del Estado.

Otro enfrentamiento con la oposición se da por el funcionamiento de la Asamblea Constituyente. La oposición exige que ésta apruebe los artículos de la nueva Constitución por dos tercios, según lo establece la Carta Magna actual y la misma ley de convocatoria del foro. Pero el presidente determinó que sea mayoría absoluta. Desde hace una semana, los senadores opositores no acuden a las sesiones de la Cámara y ello dejó en el aire la ratificación de los contratos que el Ejecutivo firmó con doce petroleras en el marco de la nacionalización de los hidrocarburos. El lunes, dirigentes cívicos amenazaron con organizar un paro este viernes e incrementar el movimiento de huelga de hambre empezado por más de 200 opositores hace ya dos semanas. Morales acusó a esos sectores de estar dando “un golpe a la democracia”.