Martes, 10 de abril de 2007 | Hoy
EL MUNDO › PROHIBEN A LOS MARINOS DIFUNDIR SUS HISTORIAS
El gobierno británico tuvo que dar marcha atrás ayer. Después de autorizar a los quince marinos que habían sido capturados por Irán a vender sus historias, el Ministerio de Defensa se desdijo ante el aluvión de críticas. La oposición, los sectores castrenses y los familiares de las víctimas de las guerras en Irak y Afganistán habían criticado las entrevistas de dos marinos. Acusaron al gobierno de Tony Blair de estar manipulando el secuestro y la liberación de los soldados como parte de una guerra mediática entre Occidente y Teherán. Y no parecen estar tan equivocados. Irán contestó ayer difundiendo un nuevo video, que muestra a los soldados británicos de buen humor, jugando ping pong, viendo televisión y cenando.
El propio secretario de Defensa británico, Des Browne, reconoció ayer que no fue una buena idea que los marinos vendieran sus historias a la prensa. “No produjo resultados satisfactorios”, aseguró. La entrevista de Faye Turney, publicada en la edición de ayer del diario sensacionalista The Sun, despertó una crítica generalizada en Londres. Principalmente por la suma que cobró la militar de 26 años. Según informó el diario británico, Turney recibió 197 mil dólares por vender su historia a The Sun y a la cadena de televisión privada ITV. El más joven de los quince marinos, Arthur Batchelor, de 20 años, también vendió su historia. Le dijo a The Mirror que durante su cautiverio tuvo tanto miedo que lloró como un bebé. Según Batchelor, los iraníes lo apodaron Mr. Bean, como el humorista británico, por su pequeña estatura.
No todos los marinos fueron seducidos por las ofertas de los diarios sensacionalistas. El superior de la soldado Turney y otro de los marinos que pasaron dos semanas en Irán, el teniente Felix Carman, decidió rechazar las ofertas para vender su historia. Según explicó, los montos que le ofrecían eran “escandalosos”. Sin embargo, Carman defendió a Turney y señaló que seguramente aceptó el dinero para asegurar el futuro de su hija. La soldado, en cambio, dio otra explicación. “Quería sobre todo que todos conocieran mi historia y experimentaran lo que yo pasé”, explicó, después de contar que fue desnudada y tuvo miedo de ser violada.
No obstante, entre los militares no cayó bien la idea de divulgar los pormenores del cautiverio y, especialmente, recibir un pago a cambio. “Los marinos lo lamentarán y se darán cuenta de que no fue buena idea cobrar. Espero que donen todo el dinero a obras de caridad”, sostuvo el general sir Patrick Cordingly, uno de los comandantes británicos en la primera Guerra del Golfo, en 1991. Para algunos oficiales en actividad, en cambio, la publicidad no fue negativa. “Es muy importante dejar a la gente contar su historia con sus propias palabras en los medios”, aseguró el vicealmirante de la Marina, Adrian Johns.
Mientras Turney y Batchelor fueron criticados por actuar como “estrellas de un reality show”, los cuestionamientos más duros fueron dirigidos al Ministerio de Defensa, al que acusan de dejar a un lado las normas que prohíben a los militares firmar acuerdos financieros con los medios en casos tan sensibles como éste. El diputado de la oposición conservadora William Hague ya adelantó que su partido cuestionará la decisión del secretario de Defensa cuando el Parlamento reanude sus sesiones, el próximo 16 de abril.
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