Miércoles, 11 de abril de 2007 | Hoy
EL MUNDO › ASPIRA A PRODUCIR 50 MIL, SUFICIENTES PARA EL ARMA NUCLEAR
Después de anunciar el lunes que producía uranio enriquecido a escala industrial, el presidente Mahmud Ahmadinejad dijo ayer que el objetivo era llegar a instalar cincuenta mil centrifugadoras.
Irán ignoró las advertencias de Europa y Estados Unidos y siguió avanzando con su desarrollo nuclear. Teherán declaró que su objetivo final será la instalación de 50 mil centrifugadoras, una cantidad que alcanzaría para hacer armas nucleares, el principal temor de las potencias occidentales. Este anuncio se sumó al del lunes pasado, en el que el gobierno iraní informó al mundo que había entrado en la etapa industrial de su programa de desarrollo de combustible nuclear. La Presidencia de la Unión Europea criticó la nueva iniciativa del régimen islámico y señaló que está yendo en contra de las resoluciones de las Naciones Unidas.
Mientras el presidente de la Organización de Energía Atómica de Irán, Gholam Reza Aghazadeh, anunciaba la instalación futura de 50 mil centrifugadoras, los inspectores de la agencia nuclear de la ONU, la OIEA, llegaban al país para supervisar las plantas nucleares iraníes y verificar los últimos anuncios del presidente Mahmud Ahmadinejad y sus funcionarios. Actualmente, los inspectores sólo pueden acceder a sectores limitados de las plantas. Los resultados de esta visita recién se conocerán a finales de mayo, cuando el director de la agencia y último Premio Nobel de la Paz, Mohamed al Baradei, presente su informe al Consejo de Seguridad. Si Baradei determina que Irán no da garantías suficientes para desestimar los rumores de un programa nuclear militar clandestino, el Consejo votaría nuevas y más duras sanciones contra el régimen islámico.
Pero esto no parecía preocupar al gobierno iraní ayer. “El Consejo de Seguridad tiene que aceptar la nueva realidad iraní”, sostuvo el ministro de Relaciones Exteriores, Manuchehr Mottaki. “La suspensión del enriquecimiento no es aceptable ni como condición previa a negociaciones ni como resultado de las mismas”, advirtió el canciller, dirigiéndose directamente a las cinco potencias con veto –Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia–. En sus dos últimas resoluciones, el Consejo de Seguridad había exigido a Teherán que suspenda todas sus actividades nucleares y, luego, que abra completamente sus plantas a inspectores internacionales.
La negativa iraní y el anuncio sobre el aumento de las centrifugadoras provocó reacciones varias en el mundo. Estados Unidos y la Unión Europea no tardaron en repudiar el nuevo avance nuclear iraní. El gobierno estadounidense se mostró preocupado y llamó nuevamente a sus aliados a ejercer más presión sobre Irán. Mientras que la presidencia europea de turno, en manos de Alemania, acusó a Teherán de ir en sentido contrario a lo que le está pidiendo la ONU, la vocera de Javier Solana, el representante del bloque europeo, insistió con la necesidad de presionar a Irán para que acepte las condiciones del Consejo de Seguridad. “Si cumplen la resolución (del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas), se reanudarán las inspecciones, sabremos qué está sucediendo y podremos volver a las negociaciones”, explicó Cristina Gallach.
Rusia, en cambio, tuvo una respuesta más tibia. “Estamos tratando de aclarar la situación”, señaló el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. “Queremos basarnos en hechos, no en emociones políticas”, agregó, criticando a sus compañeros en el Consejo de Seguridad. La cautela de Moscú tiene varias explicaciones. Por un lado, el gobierno de Vladimir Putin es un aliado y socio comercial del régimen islámico. Pero, por otro lado, Moscú se está basando en la falta de evidencia física, que la propia OIEA reconoce.
La agencia nuclear de la ONU informó ayer que, según sus visitas, Irán sólo cuenta con mil centrifugadoras. En la última inspección, en febrero pasado, recién se habían instalado unas 600. Esto contradeciría el anuncio del presidente Ahmadinejad del lunes, ya que el enriquecimiento de uranio a escala industrial requiere la utilización continuada de decenas de miles de centrifugadoras. Según expertos, Irán necesita alrededor de 60 mil centrifugadoras para obtener su propio ciclo de combustible nuclear. Por eso, ayer varios diplomáticos europeos asignados en Teherán aseguraban que los anuncios del gobierno iraní son un poco inverosímiles, tanto el objetivo de los 50 mil centrifugadoras, como las supuestas tres mil que ya estarían instaladas.
Por ahora son sólo especulaciones. Lo único seguro es que Teherán sigue reivindicando su derecho a desarrollar energía nuclear y rechazando las acusaciones sobre un supuesto programa militar clandestino. Este argumento no convence a las potencias occidentales, que junto con unas cautelosas China y Rusia, ya planean nuevas sanciones para finales de mayo.
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