La carne volvió a faltar ayer en un grupo de importantes cadenas de supermercados por segundo día consecutivo. Las empresas afirman que sus heladeras están vacías porque los proveedores habituales no les venden a los precios sugeridos por el Gobierno. Por lo tanto, decidieron no comprar para no convalidar subas, tal como había solicitado el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. La medida busca generar presión sobre frigoríficos y ganaderos, pero hasta el momento el más complicado ha sido el propio Moreno, quien ayer convocó nuevamente al Consorcio Exportador de Carne (ABC, en inglés) para pedirle que ayude a garantizar el abastecimiento en los supermercados. “Vamos a hacer el esfuerzo”, aseguró Mario Ravettino, presidente de ABC, aunque no dijo cuántas toneladas distribuirán. En medio de esta disputa, las entidades del campo volverán a ser recibidas hoy por la mañana en la Casa de Gobierno por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la ministra de Economía, Felisa Miceli.

Las cadenas que decidieron no comprar carne por encima de los precios sugeridos (2,50 pesos por kilo vivo) se agrupan en la Asociación de Supermercados Unidos (Coto, Disco/Jumbo, Wal Mart y La Anónima, entre otras). Esta entidad fue fundada en diciembre de 2003 y representa cerca del 60 por ciento de la facturación anual del sector. Quienes no se sumaron son las firmas agrupadas en la histórica Cámara Argentina de Supermercados (comandada por Carrefour/Norte), en las que ayer se podía conseguir carne sin inconvenientes.

Las carnicerías tampoco tuvieron problemas de abastecimiento. “Mañana (por hoy) va a haber carne normalmente, pero no a los precios que sugiere el Gobierno, porque hace rato que venimos pagando la media res con aumento”, aseguró a Página/12 Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal. “Moreno dice que los frigoríficos deben vender la media res a 5,80 pesos el kilo gancho, pero se consigue por 6,60 pesos”, agregó.

Fuentes del sector consultadas por este diario aseguraron que la decisión de los supermercados de dejar sus heladeras completamente vacías parece destinada a generar un golpe de efecto, pues algunas firmas están en condiciones de reponer al menos parte de la mercadería. Coto es un ejemplo, pues logró integrar todo el circuito de producción. Tiene algunos campos propios, faena en su frigorífico de González Catán, comercializa a través de sus más de cien sucursales e incluso exporta.

Disco también tiene una posición privilegiada en la cadena, pero no posee frigorífico propio. Por lo tanto, suele operar como un matarife comprándoles a los productores y luego llevando el ganado a la Planta Faenadora Bancalari y a los frigoríficos Visom, Las Heras y Huinca. Ayer las sucursales de ambas cadenas tuvieron sus heladeras semivacías, decoradas con cartelitos donde podía leerse: “Rogamos disculpar la falta de carne vacuna. Esto se debe a que nuestros proveedores y productores habituales no nos venden a los precios sugeridos por el Gobierno”.

La situación se está volviendo cada vez más difícil de controlar para Moreno, porque desde que se fijaron precios de referencia en el Mercado de Liniers el número de operaciones descendió del 15 a cerca del 10 por ciento del total del país. El resto se vende de manera directa o en ferias que se realizan en localidades ganaderas. Para revertir esta situación, la conducción del mercado y dirigentes sindicales consensuaron un proyecto para que la carne que se comercializa en Capital y Gran Buenos Aires pase obligatoriamente por el mercado, tal como desea el secretario de Comercio. La carne será uno de los temas centrales en la reunión que hoy mantendrán las entidades del campo con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, la ministra de Economía, Miceli, y el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza. Los empresarios también reclamarán por el cierre de los registros de exportación de maíz y trigo, la refinanciación de las deudas que los pequeños productores mantienen con el Banco Nación. La intención del Gobierno es encontrar una solución consensuada que permita garantizar el abastecimiento interno y evitar una nueva huelga del sector.