El secretario estadounidense de Defensa, Robert Gates, urgió ayer a los iraquíes a la reconciliación entre comunidades, en una visita al país al día siguiente de una ola de atentados que dejaron 190 muertos en Bagdad, pese al plan de seguridad vigente en la ciudad. Tras pedir un “progreso más rápido” en el proceso de reconciliación, Gates advirtió que “el compromiso estadounidense en Irak no es para siempre”. Ayer, la violencia volvió a las calles de la capital con un atentado suicida con coche bomba, que causó 12 muertos y 28 heridos. Además, otras tres personas murieron en la madrugada en ataques con mortero en el sur de Bagdad.