Viernes, 20 de abril de 2007 | Hoy
Después de una masiva marcha, los maestros levantaron una carpa blanca. Denuncia de amenazas de muerte al obispo local. Un llamado del gobernador Sancho.
Por Martín Piqué
Después de movilizarse desde todos los puntos de la provincia, miles de docentes santacruceños marcharon ayer hasta la Casa de Gobierno y realizaron un acto frente al edificio. La protesta reunió a unas seis mil personas y fue de las más multitudinarias de los últimos tiempos. Cuando llegaron a la gobernación, los maestros se toparon con un despliegue de seguridad inusual para Santa Cruz. Tras un cordón de policías de la provincia, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes, seguía una compacta fila de efectivos de la Gendarmería con equipo antimotines. Los docentes hicieron el acto, luego instalaron una carpa en la que prometieron quedarse hasta que atiendan sus reclamos. Sus demandas son el blanqueo del presentismo de 250 pesos y una suma no remunerativa de 600. Esas cifras no están incorporadas al salario básico (161 pesos, el más bajo del país). Anoche, el secretario general de Adosac, Pedro Muñoz, redactaba un petitorio para presentar a las autoridades. Fue una jornada muy agitada. Tanto el propio Muñoz como el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, denunciaron haber sido amenazados de muerte.
“Me amenazaron telefónicamente. Desde un celular desconocido me dijeron: ‘Hay una bala para vos que te está esperando’. Hoy hicimos la denuncia pública y mañana (por hoy) el abogado del gremio, Javier Pérez Gallart, va a presentar la denuncia en la Justicia”, contó Muñoz en diálogo con Página/12. En la protesta docente participó el secretario general de ATE nacional, Pablo Micheli, un dirigente que viene mediando en el conflicto desde hace semanas. Incluso Micheli intervino desde Buenos Aires cuando los estatales de la provincia tomaron la Legislatura, hace una semana. La protesta recorrió las calles de Río Gallegos hasta la esquina de Roca y San Martín. Antes hubo una caravana de casi 400 vehículos que avanzó lento por la Ruta 3: eran los docentes que venían del norte de la provincia.
Al llegar a la esquina de avenida Roca y San Martín, los manifestantes hicieron un alto y se escucharon los primeros discursos. Primero habló Micheli, quien sorprendió con un discurso muy duro, cargado de críticas indirectas al Presidente. “No puede haber discursos en defensa de los derechos humanos a nivel nacional, mientras Río Gallegos es hoy una ciudad militarizada. No puede ser que el Gobierno decida cuánto ganamos”, dijo Micheli desde el micrófono. Además del titular de ATE, en esa esquina habló el secretario adjunto de Adosac, Eduardo Jaimes. Los oradores se quejaron por el despliegue policial. “Muchos de los policías que custodiaban la Casa de Gobierno, que eran chicos jóvenes, son alumnos de todos nosotros”, dijo Jaimes en diálogo con Página/12.
Los docentes santacruceños reclaman que se suba el salario básico (anclado desde hace años en 161 pesos) con el blanqueo de 850 pesos que hasta ahora se cobran como adicionales por presentismo y suma no remunerativa. La suba del básico es esencial porque a partir de esa cifra se calcula la antigüedad y se realizan los aportes previsionales y sociales. Los maestros también están exigiendo que se derogue la Ley de Emergencia Económica que impera en la provincia desde 1991, cuando Néstor Kirchner asumió como gobernador. La vigencia de esa ley impide que se pueda convocar a paritarias para discutir salarios. La mesa de unidad sindical –que agrupa a los municipales, legislativos, judiciales y ATE– viene exigiendo la derogación de esa ley. Ayer volvieron a reclamarlo.
Anoche, cuando la mayor parte de los manifestantes ya se había retirado de la concentración, el gremio recibió un mensaje de parte del gobernador Carlos Sancho. Les avisaron que redactaran un petitorio con sus reclamos. Hasta esa hora, desde el Ejecutivo provincial sólo se habían escuchado voces que restaban importancia a la movilización. “Como siempre, la oposición pinta una realidad que no existe”, dijo el ministro de Economía y Obras Públicas, Juan Bontempo. Casi las mismas palabras usó la titular de la Legislatura, Judith Fortsmann. “La marcha no fue tan fuerte como dicen. Dicen ocho mil personas, pero únicamente que lo multipliquen por cuatro. Es más de lo mismo”, dijo la legisladora K a Página/12.
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