EL MUNDO › INFANTERIA, TANQUES Y BLINDADOS ENTRARON EN NABLUS
Cacería en la Ciudad Vieja
Como primera respuesta al atentado que mató a siete civiles de varias nacionalidades en la Universidad de Jerusalén, Israel empezó ayer la cacería de sus responsables en una ciudad cisjordana clave.
Por Jonathan Steele *
Desde Jerusalén
Tropas israelíes apoyadas por docenas de tanques y vehículos blindados entraron en la Ciudad Vieja de Nablus ayer antes de la madrugada para capturar a los responsables por la bomba en la Universidad Hebrea de Jerusalén el miércoles, que mató a dos israelíes, tres norteamericanos y dos personas con doble ciudadanía. Testigos oculares informaron de fuego pesado mientras los soldados se movían casa por casa, rompiendo agujeros en las paredes internas de las mismas. Se informó que por lo menos tres palestinos resultaron muertos, y el líder palestino Yasser Arafat denunció que se estaba cometiendo una masacre.
Aunque en abril, durante la operación Muro Defensivo, hubo combates en la ciudad, los angostos pasajes del casbah no habían sido penetrados antes. “Nablus sirve como un foco de actividad para los grupos terroristas, conducidos por Hamas y Fatah”, dijo una declaración del ejército. Altas fuentes militares dijeron a los medios israelíes que la operación podría durar varios días. Hamas se adjudicó la responsabilidad por la bomba en la universidad y la describió como la “primera” respuesta al asesinato de su comandante militar, su vice y otros 13 palestinos en un ataque israelí a Gaza la semana pasada.
Nablus ha soportado el toque de queda más severo de todas las ciudades de Cisjordania durante varias semanas. A principios de ésta, y en su desesperación por comprar comida, los residentes desafiaron la medida. Ayer, aunque hubo alguna resistencia cuando entraron las tropas, el ejército dijo que fue poca. La gente local dijo que fueron arrestados 23 palestinos. Una niña de 16 años, May Fataier, fue herida por una bala en la pierna durante el caos, dijo un reportero palestino en Nablus. “A eso de las 2 de la mañana, docenas de tanques, transporte blindado de personal y topadoras se reunieron a otras tropas y disparaban en todas direcciones –dijo May Fataier en el hospital–. Oí que alguien gritaba, salí de la casa y un soldado abrió fuego y me hirió.” Soldados israelíes fueron vistos más tarde esposando y vendando a los hombres. Detuvieron a una adolescente después de demoler un edificio de dos pisos a la entrada de la Ciudad Vieja, según dijeron testigos. Los militares dijeron que el edificio albergaba una fábrica de explosivos.
Por todos lados el ejército siguió demoliendo las casas de los parientes de los terroristas suicidas. En Gaza demolió tres de ellas. En Tulkarem, las tropas destruyeron los hogares de los familiares del terrorista suicida que llevó a cabo un ataque que mató a tres israelíes en Netanya en marzo del año pasado. En Hebron, la casa de un palestino que mató a dos personas en Jerusalén en noviembre fue demolida. El ejército revivió una técnica no utilizada durante una década: ordenar la deportación de parientes de la gente buscada. En una corte militar, un abogado de HaMoked, una organización israelí de derechos humanos, apeló ayer en nombre de la gente involucrada y dijo que llevaría el caso a la Suprema Corte si fuera necesario. Los comandantes del ejército creen que las demoliciones de casas y las expulsiones actuarán como un poderoso freno para los potenciales terroristas suicidas. Han estado tratando de sortear varias barreras judiciales a la expulsión, que fue utilizada por última vez cuando más de 400 hombres fueron enviados al Líbano en 1992.
El fiscal general, Elyakim Rubinstein, dijo que los parientes podían ser expulsados sólo si se podía probar que ellos también estaban directamente involucrados en preparar, albergar o enviar a gente en misiones terroristas. Veinte palestinos fueron arrestados en las últimas semanas y amenazados con la deportación. Actuando después que se conociera la opinión del fiscal general, el general Yitzhak Eitan, comandante israelí de Cisjordania, firmó una orden “limitando el lugar de residencia” de dos de los hombres. Las palabras “deportación” o “expulsión” fueron evitadas deliberadamente, aunque el ejército ya dejó en claro que los hombres serán enviados a Gaza.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère