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Alberto Couriel, senador del Encuentro Progresista-Frente Amplio y uno de los voceros económicos de la agrupación que cuenta hoy con más del 40 por ciento de la aprobación popular, dijo a Página/12 que su objetivo es defender el estatal Banco de la República.
–¿El Presidente Jorge Batlle llega a marzo del 2005?
–Batlle no lo hizo bien como presidente, pero deseo en el alma que termine su mandato. Es bueno para la cultura democrática y la estabilidad institucional.
–¿Hay alguien detrás de los saqueos?
–El hambre.
–¿Ustedes apoyan el plan del gobierno, que consistiría en reprogramación de depósitos con bonos?
–El gobierno presentaría mañana (por hoy) un proyecto, pero no lo conocemos. De la información surgida en la reunión a la que fue Tabaré Vázquez, el jueves a la noche, nos queda la preocupación de que al Banco de la República, al gran banco estatal, de apoyo a la producción, se le reprogramarían los depósitos a plazo fijo.
–¿Le parece mal?
–Si solo se le hace eso al Banco de la República, en los hechos habrá pase de depósitos a los privados. Eso sería debilitar al banco y dar golpe de gracia que las instituciones financieras privadas siempre le quisieron propinar. Y no vamos a acompañar nada que destruya un banco fundado en 1896. Hay que conseguir la necesaria asistencia financiera.
–¿Con préstamos del Banco Central?
–Uno de los problemas de la economía uruguaya en los últimos 12 años es el enorme grado de dolarización a que llegó: el 90 por ciento de los depósitos y los créditos. Pero el Banco Central no emite dólares y por eso sufrimos la brutal dependencia de los organismos financieros internacionales. A esta altura sería imposible encontrar una salida sin estos organismos.
–¿Pinta muy mal la semana que viene?
–Tenemos que salir del feriado bancario encontrando los necesarios elementos de confianza. Habría que haber generado un shock favorable. Pero esa era una iniciativa que debió haber tomado, y no tomó, el Poder Ejecutivo.
–¿Por ejemplo qué medida de confianza?
–Discúlpeme que insista: por ejemplo, salvar al Banco de la República.
–Pero si la única salida es la asistencia internacional, ¿por qué el Fondo Monetario tendría interés en salvar a un banco estatal?
–Yo digo en qué tenemos que ponernos de acuerdo los uruguayos. No quiero que aumenten las condicionalidades contra el Banco de la República.
–¿Y qué pasaría con el resto de los bancos?
–Dos cerrarían: Montevideo y Caja obrera. Habría capitalización para el de Crédito y el Comercial. Pero el Comercial está en situación difícil. Puede caer. Y corren peligro unos dos mil empleados.
–¿Qué garantías hay para el dinero en los bancos?
–Quedan cubiertos los depósitos a la vista. Pero no hay información sobre depósitos a plazo fijo. Ojalá se tranquilice la situación en la plaza bancaria, porque no hay créditos de exportación y es indispensable avanzar en la reactivación productiva.
–¿Terminó el Uruguay paraíso financiero?
–Habrá una plaza bancaria más chica, por el retiro de depósitos. Un número menor de instituciones y un número menor de filiales. Ojalá la plaza bancaria que quede pueda continuar haciendo operaciones que permitan un relacionamiento con el exterior. Eso sí, con controles del Banco Central que no se dieron en el pasado.
–¿Qué controles?
–Se le vendió el Banco Pan de Azúcar a un señor Ben Amú en proceso judicial. La Caja Obrera a un señor Peirano en proceso judicial. ElComercial a un señor Rohm en proceso judicial. Aquí hay responsabilidades del Partido Nacional y del Colorado. La plaza financiera que teníamos...
–¿Teníamos?
–Sí, teníamos. Ya es otra. Esa plaza se basó en que la política cambiaria estaba al servicio del mercado financiero y no de las actividades productivas.