Tabaré Vázquez volvió ayer a reunir tras de sí a todo el Frente Amplio (FA). El presidente uruguayo logró calmar los ánimos dentro de su coalición, al moderar su discurso a favor de la reconciliación nacional y priorizar el significado histórico del Nunca Más. Minutos después cambió de tema y sorpresivamente –para los sonrientes ministros, legisladores y correligionarios que lo acompañaban– anunció al país que no se presentará a la reelección en 2009. “Cierro los ojos y me parece ver algunos rostros exhalando un profundo respiro de alivio”, agregó el mandatario en un discurso lleno de concesiones para sus disconformes aliados e ironía para la impaciente oposición blanquicolorada, que desde hace semanas demandaba que el presidente tome una decisión.

El anuncio del presidente descolocó tanto a amigos como a rivales. Los primeros lo felicitaron por mantener la misma postura que cuando asumió, hace dos años. “Estuvo muy sereno y claro. Quiso demostrar que son los partidos opositores los que están nerviosos”, señaló el jefe de la bancada de senadores del FA, Alberto Couriel. Vázquez ya había dicho que no quería ocupar tiempo de su gestión en discusiones preelectorales, a más de dos años de las elecciones. Incluso llegó a reprender públicamente a su ministro de Agricultura y Ganadería, el ex líder tupamaro José Mujica, por hablar sobre la reelección y, en caso de que ésta no fuera una opción, aventurar su propia candidatura presidencial. Además de Mujica, la otra figura que aparece con fuerza en una futura interna del Frente es el ministro de Economía y líder del ala moderada del Frente, Danilo Astori.

Los medios y los analistas no descartaron que aparezcan otros candidatos. Algunos ya barajaban los nombres del nuevo director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Enrique Rubio, y el intendente del departamento de Canelones, Marcos Carámbula. Mientras el anuncio de Vázquez sacudió al FA y dio la señal de largada para la carrera presidencial, en la oposición no podían estar más felices ayer. “Es una noticia no sólo importante sino también positiva, y no tengo la más mínima vacilación en felicitar al presidente por esa decisión”, aseguró sonriente el ex presidente blanco Alberto Lacalle.

La otra sorpresa que dejó el discurso del presidente fue su moderación y su reformulación del acto del próximo 19 de junio, fecha decretada por Vázquez como el día de Nunca Más. Esta celebración había causado gran malestar en la izquierda del Frente, ya que el gobierno había anunciado que se buscaría resaltar la necesidad de una reconciliación nacional, por ejemplo, realizando un desfile cívico-militar, que reuniera a los sectores castrenses con los movimientos estudiantiles y las organizaciones sociales. Desafortunadamente para Vázquez, sus palabras coincidieron con las del comandante del ejército, Jorge Rosales. “El ejército no aceptará quedar como rehén del odio y de la venganza”, había advertido al gobierno.

El malestar dentro del FA creció hasta que ministros, legisladores y familiares de los desaparecidos le retiraron el apoyo al acto del gobierno. Por eso, Vázquez tuvo que desandar sus pasos. Ya no habrá desfile militar, sino una simple ofrenda frente al monumento de José Artigas y todos los funcionarios y dirigentes aliados tendrán la libertad de asistir o no. Por las caras felices que se vieron ayer en el Palacio presidencial, lo más seguro es que Vázquez esté bien acompañado.