Martes, 5 de junio de 2007 | Hoy
Un día después de imponerse por 13 puntos en los comicios de Neuquén, el gobernador electo tomó distancia de Jorge Sobisch y destacó su “excelente relación” con Kirchner.
Por Miguel Jorquera
desde Neuquén
“Nos subestimaron”, dijo el gobernador electo de Neuquén el día después de su abrumadora victoria que frustró las aspiraciones de la concertación kirchnerista. Jorge Sapag adjudicó el triunfo del Movimiento Popular Neuquino –que gobierna la provincia desde 1963 y en forma ininterrumpida tras el regreso democrático– a los “errores estratégicos de la oposición” y a la interna del MPN, que “movilizó” a 100 mil neuquinos y donde venció a los delfines de Jorge Sobisch. También envió mensajes al gobierno nacional al asegurar que quiere cambiar la actual relación con Néstor Kirchner con quien dijo tener “una relación personal excelente”, así como con el “futuro presidente o presidenta”, clara alusión a Cristina Kirchner. Tampoco dudó de tomar distancia de Sobisch: dijo que el MPN debe ser “prescindente” en las elecciones presidenciales de octubre.
Más sereno con el alcance de la victoria, Sapag resolvió enfrentar a todos los medios de prensa juntos, antes de retomar su campaña provincial en Zapala, que seguirá con elecciones en varios municipios y culminará en octubre con la disputa por la intendencia de la capital provincial. Sin embargo, volvió a tomar distancia de Sobisch y afirmó que el MPN “tiene que volver a su tradición histórica” –que solo rompió en el ’73 para apoyar la fórmula Perón-Perón– y mantener “prescindencia” en octubre, cuando el actual gobernador será candidato.
Después de la elección, los neuquinos volvieron ayer a su trajín habitual, en otro día templado, sin manifestar signos de que su vida haya cambiado. Sapag volvió a tomarse su tiempo y llegó a la conferencia de prensa una hora después de lo previsto. Un discreto catering calmó la ansiedad periodística hasta las 15. La cita era en la fundación que lleva su nombre, desde donde comenzó a proyectar su candidatura tras dejar el proyecto de Sobisch hace cuatro años.
Hizo un largo análisis para explicar por qué el MPN sigue siendo imbatible en Neuquén. Ensayó que hubo “subestimación del desgaste” de la gestión partidaria, en referencia a las dificultades de Sobisch, y esgrimió que “la gente vota personas y no partidos”, para tomar más distancia del actual gobernador. Pero elogió la “movilización” en la interna partidaria de 2006, para volver sobre la “mística” que envuelve al partido que fundó su padre. Al lado suyo estaban sus colaboradores y los representantes de los tres partidos –dos de ellos de origen menemista– que colgaron sus boletas a su candidaturas y que, hasta ahora, le dan la tranquilidad de alcanzar una mayoría ajustada en la Legislatura.
Según datos todavía extraoficiales –computadas la casi totalidad de las mesas–, el MPN obtenía el 45 por ciento sobre el 32 de la kirchnerista Concertación Neuquina para la Victoria, que postulaba a intendente de Neuquén, el radical K Horacio Quiroga. Mucho más atrás se ubicaron la también kirchnerista Alternativa Neuquina (7 por ciento) y la Unión de los Neuquinos que reunía a la CTA, el socialismo el PI y el ARI (5,5).
Sapag hizo gala de su vínculo personal con Kirchner y dijo que había que cambiar la actual relación de confrontación institucional con el Gobierno, aunque tomó distancia de una posible alianza con el kirchnerismo para octubre. “Nosotros vamos a dar libertad a nuestro afiliados”, dijo. Desde la platea, su hermano y asesor, Felipe “Lipe” Sapag, fue más contundente: “Ni en pedo”, respondió antes que Jorge, frente a la pregunta de si podía haber un apoyo del MPN al kirchnerismo.
Tampoco pudo evitar la pregunta sobre si temió, antes de la elección, que el asesinato del docente Carlos Fuentealba arrastrara a la derrota del MPN. “Estuvimos muy tranquilos. La tragedia y la muerte violenta e injusta, que nos afectó a todos los neuquinos por igual, no afectó a un partido y otro no. Una muerte de estas características no se puede electoralizar ni hacer especulaciones. Algunos hicieron una especulación electoral de la muerte y me parecen que se equivocaron”, respondió.
–¿Usted hubiese tomado la misma actitud que Sobisch? –preguntó Página/12.
–Nunca me manejo con hipótesis. Lo que sí le puedo decir es que vamos a generar un marco de diálogo de encuentro social y evitar que las discusiones salariales y las pujas distributivas se hagan en las rutas, las calles o los puentes. No estamos de acuerdo con los cortes, no es la metodología apropiada de hacer los reclamos sociales.
Ayer el MPN festejaba los 46 años de su fundación con una nueva victoria en las urnas. También ayer, los maestros recordaron los dos meses del fusilamiento de Carlos frente al céntrico monumento a San Martín, de donde partieron todas las marchas docentes durante el prolongado conflicto salarial con la gobernación.
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