Sábado, 23 de junio de 2007 | Hoy
El secretario general de la OTAN dijo que se trató de un error y prometió investigar. Las 25 muertes fueron causadas por un bombardeo nocturno.
La policía afgana apuntó ayer su dedo acusador contra las fuerzas de la OTAN en Afganistán por la muerte de veinticinco civiles, entre ellos nueve mujeres y tres niños, en bombardeos aéreos nocturnos en el sur del país. Poco después, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, exigió una investigación sobre dicho bombardeo, que calificó de “error”. “Cada víctima inocente es una víctima de más”, afirmó durante una conferencia de prensa en Quebec junto al ministro de Defensa canadiense, Gordon O’Connor.
Estos civiles habrían muerto junto a veinte rebeldes en los combates que tuvieron lugar en la noche del jueves al viernes cerca de Lashkar Ga, capital provincial de Helmand, declaró el jefe de la policía, Mohamad Hassan, cuyo balance no pudo ser verificado por fuentes independientes.
“La aviación bombardeó por error dos o tres viviendas de civiles, matando a veinticinco personas, entre ellas nueve mujeres, tres niños de entre dos y seis meses y al mulá de la localidad, Abdul Hakim”, agregó el responsable. Un portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, John Thomas, confirmó que se había producido un “enfrentamiento” en el que se vio envuelta la aviación y en el que hubo “víctimas”. “No sabemos por el momento quiénes son las víctimas ni cuántas hay”, declaró el portavoz, que precisó que un militar de la OTAN resultó herido.
En la provincia de Helmand, bastión de la insurrección talibán, se encuentran desplegados en su mayoría militares británicos. En un comunicado, la ISAF afirmó que investiga “la presencia de un pequeño grupo de civiles” en una casa donde se habían refugiado “hasta treinta combatientes que en su mayoría murieron en los enfrentamientos”. La ISAF acusó a los insurgentes de haber puesto en peligro “deliberadamente” la vida de civiles al atacar previamente un convoy de la OTAN y provocar un enfrentamiento en ese lugar.
La agencia Acbar, que reúne a un centenar de ONG afganas y extranjeras, deploró, sin embargo, el martes los bombardeos aéreos de la ISAF en zonas residenciales. Las fuerzas internacionales y afganas serían responsables de la muerte de 230 civiles, entre ellos 60 mujeres y niños, desde el inicio de 2007, señaló Acbar. El aumento del número de víctimas civiles coincide con una intensificación de los ataques de la insurgencia talibán, que en menos de 24 horas dejaron nueve muertos en las filas policiales.
El domingo, siete niños murieron en un ataque aéreo de la coalición internacional bajo mando estadounidense contra una escuela coránica sospechosa de albergar a combatientes de Al Qaida en el este del país. La ISAF admitió asimismo el jueves ser responsable de la muerte de “un cierto número de civiles” en combates recientes en Oruzgán, al sur del país.
Los ministros de Defensa de los 26 países de la OTAN se comprometieron la semana pasada en Bruselas a “minimizar” las pérdidas infligidas a los civiles que socavan el apoyo de la población afgana a su misión en el país. Un millar de civiles perdió la vida en actos violentos en 2006, según la organización internacional Human Rights Watch.
Por otra parte, un vocero del Pentágono, Bryan Whitman, anunció ayer que Haroon al Afghani, comandante del grupo insurgente Hizb-i Islami Gulbulddin (HIG), a quien se le atribuye un contacto regular con altos mandos de Al Qaida y del liderazgo de HIG, fue transferido a Guantánamo en los últimos días desde Afganistán, donde estaba preso en un centro de detención militar estadounidense.
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