Sábado, 23 de junio de 2007 | Hoy
EL MUNDO › LA INFORMACION FUE DESMENTIDA A MEDIAS POR LA CASA BLANCA
Según fuentes del gobierno citadas por la prensa norteamericana, la cárcel se cerraría y los prisioneros serían trasladados a Afganistán. La Casa Blanca reconoció que a Bush le gusta la idea, pero aclaró que no se tomó ninguna decisión al respecto hasta ahora.
Por Yolanda Monge *
desde Washington
La administración de George Bush está considerando el cierre de Guantánamo, según fuentes oficiosas que cita la prensa norteamericana. La consecuencia más obvia de esta decisión sería la “recolocación” de los presos, por lo que Estados Unidos estaría ayudando a construir una cárcel en Afganistán para albergarlos, siempre según las mismas fuentes. El traslado de los detenidos en Guantánamo es uno de los mayores problemas a la hora de enfrentar el cierre, ya que si fueran distribuidos en prisiones de Estados Unidos automáticamente se les tendría que conceder el derecho de hábeas corpus, del que ahora carecen.
Los administradores militares a cargo de Guantánamo iban a reunirse ayer viernes para tratar el tema, pero decidieron prescindir de esa parte del orden del día cuando la prensa publicó la filtración. La reacción de la Casa Blanca no se hizo esperar. Gordon Johndroe, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, declaró que el tema no estaba en la agenda. “No hay una decisión inminente sobre el futuro de Guantánamo”, dijo Johndroe. “El presidente ha expresado durante mucho tiempo su deseo de cerrar el centro de detención de bahía de Guantánamo, pero lo hará de forma responsable”, declaró ayer en el mismo sentido la portavoz de Bush, Dana Perino. La reunión sobre el tema fue suspendida el jueves de noche y ayer el Pentágono anunció la llegada de un nuevo detenido a la base naval en Cuba, Haroon al Afghani.
El presidente lo ha dicho en varias ocasiones. Ahora desea borrar una de las manchas más indelebles en la historia estadounidense. Hace justo un año anunció su anhelo de desmantelar el polémico centro de detención. “Me gustaría cerrar Guantánamo”, dijo el 14 de junio de 2006. Pero, ¿qué hacer con las personas que son consideradas un peligro para la seguridad nacional?
El número es difícil de tragar: 375, según admite el ejército. Setenta y cinco de los detenidos pueden ser repatriados después de que la administración haya considerado que no son peligrosos. Ochenta podrían enfrentarse a la Justicia en cauces normales. Doscientos veinte son considerados extremadamente peligrosos. Y aquí está el problema. Estos 220 son los que podrían ser transferidos a cárceles militares, algo a lo que se opone frontalmente el vicepresidente Dick Cheney y el Departamento de Seguridad Interior. El motivo: la ley garantizaría a los detenidos el derecho de hábeas corpus si entran en suelo americano. Esto significa que podrían tomar acciones legales contra estas detenciones por considerarlas ilegales. Así comenzaría –o seguiría– todo un calvario legal entre la administración y los detenidos que podría llegar a poner a alguno de ellos en libertad... y en suelo americano. Según publicaba ayer el diario The Washington Post, son varios los miembros del gobierno los que han aconsejado a Bush cerrar las vergonzantes instalaciones.
No obstante, Haroon al Afghani, comandante del grupo insurgente Hizb i Islami Gulbulddin (HIG), fue transferido a Guantánamo en los últimos días desde Afganistán, donde estaba preso en un centro de detención militar estadounidense, informó ayer Bryan Whitman, un portavoz del Pentágono.
Whitman dijo que Al Afghani fue capturado en la provincia de Nangarhar, pero no precisó cuándo y por cuánto tiempo había sido retenido por el ejército estadounidense en Afganistán. No está claro si el gobierno afgano autorizó la transferencia.
Al Afghani es el detenido número 16 en ser transferido a Guantánamo desde septiembre, cuando el presidente George W. Bush transfirió a un grupo nombrado como prisioneros de alto valor desde instalaciones en el exterior a Guantánamo. Whitman dijo que Al Afghani fue transferido debido a que “él tendría información adicional con respecto a operaciones de Al Qaida, información que podría ser útil en prevenir futuros ataques”.
“Recuerden que Guantánamo sirve para varias funciones. Es un centro de inteligencia como también es una instalación de detención, y es un lugar donde hemos construido una estructura y capacidad para tratar personas involucradas con crímenes de guerra por un proceso de una comisión militar”, añadió.
Desde su apertura en enero de 2002 para albergar e interrogar a los prisioneros de la “guerra contra el terrorismo”, la cárcel ha suscitado una ola de críticas, desde el papa Benedicto XVI al primer ministro británico, Tony Blair, pasando por una serie de organizaciones de defensa de los derechos humanos. El ex secretario de Estado Colin Powell estimó a principios de junio que, si de él dependiera, Guantánamo “no sería clausurada mañana, sino esta misma tarde”.
Según una fuente anónima del gobierno, “está claro que la gente habla de cerrar Guantánamo, desde luego. El secretario de Defensa, Robert Gates, ha dicho que lo quiere desmantelar. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se ha manifestado también al respecto. No quieren más demoras en este tema. Quieren una solución”.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.