La guerrilla colombiana de las FARC abrió en las últimas horas una tenue esperanza para allanar el camino hacia el canje de 56 secuestrados por unos 500 rebeldes presos, al responder positivamente a la excarcelación de su “canciller” Rodrigo Granda, quien se encuentra en Cuba. La comandancia del grupo guerrillero, aunque mantiene su exigencia de la desmilitarización previa de dos poblaciones del sudoeste del país para negociar allí el canje, anunció su disposición de considerar el papel que con ese objetivo puede cumplir Granda.

“Si el gobierno se compromete a dejar en libertad incondicional a Rodrigo Granda y le otorga garantías suficientes para su movilización a fin de contactar directamente al Secretariado (comandancia), consideraríamos su nombramiento como verificador de las FARC para el despeje de Florida y Pradera, con miras al intercambio humanitario”, dijeron en una declaración divulgada en su página en Internet el jueves.

Pese a la insistencia de las FARC en que el presidente Alvaro Uribe ordene la salida de la fuerza pública de esas dos localidades ubicadas en el departamento de Valle (sudoeste), Uribe se ha mantenido firme en rechazar esa demanda que el grupo pone como condición para aceptar negociar. Uribe se niega a esa desmilitarización argumentando que no es necesario sacar a la tropa de un área de 800 km2, cuando la negociación puede darse en una zona más reducida sin presencia armada de las FARC ni del Estado y bajo la supervisión de Francia, España y Suiza, que actúan como facilitadores.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sin embargo, aseguran que “pactar el canje de prisioneros sigue siendo prioridad”, como lo consignaron en su declaración, en la que además calificaron como “destacable” la gestión del presidente francés Nicolas Sarkozy. Granda, que era el miembro de las FARC de mayor alto rango encarcelado en Colombia, fue dejado en libertad por pedido expreso de Sarkozy a Uribe, quien además le confirió unilateralmente la condición de “representante” de las FARC para realizar gestiones de paz.

Hasta ahora la FARC no han validado ese papel que Uribe le adjudicó a Granda, quien tras ser excarcelado el 4 de junio viajó el pasado lunes a Cuba, cuyo gobierno lo recibió por solicitud del mandatario colombiano y la propia comandancia del grupo guerrillero.

El gobierno francés y la familia de la política franco-colombiana Ingrid Betancourt mostraron su satisfacción ayer por el comunicado de las FARC en el que la guerrilla estaría dispuesta a considerar a Rodrigo Granda como un “verificador” del intercambio humanitario. Betancourt, ex candidata presidencial por el partido verde Oxígeno, fue secuestrada por las FARC el 23 de febrero de 2002 junto con su fórmula a la vicepresidencia Clara Roja, quien hace tres años tuvo un hijo con uno de sus captores. Los estadounidenses Marc Gonsalves, Thomas Howe y Keith Stannsen secuestrados el 13 de febrero de 2003, y decenas de políticos, militares y policías colombianos, algunos próximos a cumplir diez años de cautiverio, completan el grupo de 56 secuestrados que las FARC quieren intercambiar por 500 de sus militantes en prisión escogidos por la comandancia.