Viernes, 3 de agosto de 2007 | Hoy
La jefa de la diplomacia de Bush, Rice, anunció una entrega de 80 millones para reformar los organismos de seguridad.
Por Sal Emergui *
Desde Jerusalén
La reunión del presidente palestino, Mahmud Abbas, y la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, duró 50 minutos, lo suficiente para que ésta expresara su rotundo apoyo al gobierno de Al Fatah y asegurase que Israel está dispuesto a “discutir las cuestiones fundamentales para la creación del Estado palestino”. “La palabra fundamental habla por sí sola. La voluntad de lograr una solución mediante dos estados parece común a las dos partes”, añadió Rice.
Es lo que deseaba escuchar ayer en Ramalá el presidente palestino en su encuentro con la jefa de la diplomacia norteamericana: el compromiso de que la conferencia internacional prevista para otoño se centre en los asuntos clave (fronteras definitivas, Jerusalén y los refugiados palestinos). Abbas agradeció la iniciativa del presidente George Bush, impulsor de la conferencia, pero avisó que “debe ser productiva y no sólo para hacerse la foto”. Un temor que intentó deshacer Rice al afirmar: “El presidente Bush no quiere una foto, sino apoyar el canal bilateral de negociaciones”. Abbas se refirió al “acuerdo de principios” que ofrece el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y para pactar la creación de un Estado palestino, dejando los temas más espinosos para el final. “Lo más importante es saber cuál será el resultado final de las conversaciones. Para mí no tiene tanta importancia el nombre del plan, si es la visión de Bush, la Hoja de Ruta o la iniciativa de la Liga Arabe”, respondió el presidente palestino, cansado de tantos programas de paz que se acumulan en los maletines de los mediadores.
En una medida tangible, Rice anunció ayer “una primera transferencia” de 80 millones de dólares para que Abbas reforme los organismos de seguridad. “La ley y el orden son las bases para que pueda funcionar” la nueva entidad palestina, dijo Rice. Dinero también para plantar cara al movimiento islamista Hamas. En las escasas horas que estuvo en Ramalá, Rice escenificó su rotundo apoyo a Abbas y a su gobierno, creado tras la toma de poder de Hamas en la Franja de Gaza. De ahí, la foto de familia de Rice con el Ejecutivo en pleno que encabeza Salam Fayad, un economista con buenos contactos en la administración Bush. Rice fue mucho más crítica con Hamas: “No podemos apoyar a un grupo que desea hacer política y al mismo tiempo practica terrorismo”.
El portavoz integrista, Sami Abu Zuhri, no tardó en responder afirmando que la gira de Rice “es un paso más de Estados Unidos en su intención de dividir al pueblo palestino. Viene para apoyar a un partido político palestino y a la ocupación sionista”. Ahmed Yusuf, asesor del gobierno islamista, fue categórico: “Las conversaciones de Abbas con Estados Unidos seguirán siendo no más que una oportunidad para una foto en tanto y en cuanto Hamas no esté implicado en ellas. Sin nuestra anuencia no habrá paz”. En Gaza, los enfrentamientos entre Hamas y la Jihad Islámica han provocado tres muertos. Una fuerte discusión sobre un disparo al aire de un miliciano de la Jihad en una boda acabó como era previsible: con más disparos pero esta vez letales.
Como era de esperar, la Gaza de Hamas no fue incluida en la gira que finalizó el jueves Rice, quien abandona Medio Oriente confesando sentirse “con más esperanzas” que antes de llegar a una zona acostumbrada en convertir las esperanzas diplomáticas en fracasos estrepitosos.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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