En medio del clima de tensión generado en el País Vasco por la detención el pasado fin de semana de 23 dirigentes del nacionalismo independentista, ETA hizo ayer explotar una bomba lapa en el coche del concejal socialista de Galdakao en la provincia de Vizcaya, Juan Carlos Domingo Galíndez. El artefacto explosivo hirió de gravedad a su escolta, Gabriel Ginés, ya que el dirigente socialista no se encontraba en el vehículo porque se hallaba de vacaciones. La bomba explotó en la ciudad de Bilbao a primeras horas de la tarde de ayer. El gobierno español condenó el ataque al tiempo que extremó las medidas de seguridad ante la posibilidad de que ETA pueda volver a atacar el 12 de octubre, cuando se celebra una de las fiestas nacionales más importantes.

La bomba había sido colocada debajo del Renault Megane blanco propiedad del dirigente socialista y, según informan fuentes del Ministerio del Interior, se supone se activó gracias a un mecanismo pendular que se puso en marcha cuando el coche atravesó un badén en el barrio de La Peña, en las afueras de la ciudad más importante del País Vasco. El escolta del concejal socialista, Gabriel Ginés, pudo salir por sus propios medios del vehículo en llamas para ser luego atendido por los servicios de emergencias que llegaron al lugar del atentado ocurrido poco después de la una y media de la tarde hora local. Según el último parte médico oficial, sufre de quemaduras de segundo grado en el cuatro por ciento de su piel y la mayor parte de las heridas graves las ha recibido en un brazo, aunque su vida no corre peligro.

El atentado etarra fue rápidamente condenado por la mayoría de las fuerzas políticas, al igual que por el presidente del gobierno vasco, el lehendakari Juan José Ibarretxe, que se encuentra de visita en Chile. Ibarretxe aseguró que “ETA ha cruzado la raya hacia ninguna parte”, aunque siguió defendiendo su polémico llamamiento a un referéndum para decidir la suerte del País Vasco en octubre del próximo año, una iniciativa política que es rechazada por el Partido Socialista en el poder, así como por el opositor Partido Popular. Las dos fuerzas mayoritarias españolas consideran que esta convocatoria realizada en las actuales circunstancias políticas, luego de que ETA rompiera la tregua que mantenía con el Estado, significa regalarle a la banda separatista un año de campaña electoral con el tema de la independencia de la región en primer plano.

Para el Partido Socialista, en cambio, el ataque demuestra que ahora es más necesaria que nunca la unidad entre las fuerzas democráticas, en clara alusión a las reticencias del Partido Popular a la hora de apoyar la política antiterrorista del gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Desde la oposición, en cambio, Mariano Rajoy llamó ayer al PSOE a que demuestre que la actual ofensiva judicial contra la plana mayor de Herri Batasuna, partido satélite de ETA, no es una mera medida electoralista de cara a los comicios presidenciales de marzo. Los populares piden al gobierno que se anime, de una vez por todas, a ilegalizar también a Acción Nacionalista Vasca (ANV) y al Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV), dos agrupaciones utilizadas por la izquierda proetarra para participar en las elecciones a pesar de las prohibiciones legales que afectan a Herri Batasuna.

Ayer por la tarde, después del atentado, se esperaba un pronunciamiento tanto de ANV como del PCTV, pero ambas formaciones prefirieron guardar silencio, ya que sus dirigentes son muy conscientes de que se hallan bajo la lupa del gobierno y de la Justicia y tratan de todos los modos posibles de evitar que se junten argumentos suficientes para proceder a su ilegalización. La ilegalizada Batasuna sí se pronunció y lo hizo a través de la página web del diario vasco Gara, un canal que utiliza a menudo ETA para sus comunicados. Los separatistas se limitaron a responsabilizar al PSOE por lo ocurrido, achacando a los socialistas la máxima responsabilidad por el fracaso de las negociaciones de paz emprendidas en su momento por el gobierno de Zapatero.

Ayer por la tarde se realizaron pequeñas manifestaciones improvisadas tanto en Madrid como en Barcelona en repulsa por el ataque y se esperan para hoy varias manifestaciones bajo la misma consigna en las principales ciudades vascas.