Aunque se trata de un elemento secundario en el expediente, la pericia psicológica realizada a Facundo Macarrón no le fue desfavorable. El examen señala problemas de personalidad del hijo de Nora Dalmasso, pero no lo evalúa como un joven de características violentas ni un psicópata o un perverso. La propia psiquiatra de parte, Liliana Licitra, también puso su firma al final del estudio, algo que no hubiera hecho si las conclusiones fueran contrarias a la defensa de Facundo. Licitra, igualmente, presentó ayer algunas aclaraciones y ampliaciones pero, según afirmó, no contradicen la conclusión a la que arribó junto al perito oficial, Pablo Duje.

En la investigación judicial de un crimen existen elementos objetivos y subjetivos. Las pruebas decisivas son habitualmente las objetivas. Y en el caso Dalmasso, respecto del hijo de Nora, Facundo, hay dos que se contraponen:

- Para acusar a Facundo, el fiscal Javier Di Santo exhibe un estudio genético según el cual rastros recolectados de la vagina y la vulva de Dalmasso, además del cinturón de la bata y las sábanas, son compatibles con un varón del linaje Macarrón. Como el padre de Facundo, Marcelo, estaba en Punta del Este, y el abuelo tiene una coartada muy sólida, el fiscal imputó al hijo de Nora con un grado de sospecha leve.

- A contramano de esa prueba genética, no hay un solo elemento que vincule a Facundo con el homicidio. No existen testimonios de una relación violenta o amorosa con la madre, el joven no registra ningún antecedente que pueda vincularse con un ataque sexual y, lo que resulta más concluyente es que no hay evidencia alguna de que haya dejado la ciudad de Córdoba esa noche, se haya trasladado a Río Cuarto y luego vuelto a Córdoba. El fiscal no encontró ni un solo testigo que haya visto a Facundo en la ruta o cerca de la casa de sus padres en la madrugada del homicidio.

En ese marco, la pericia psicológica sólo aporta un elemento secundario, subjetivo, que no puede ser determinante en la investigación. El trabajo firmado por Duje y Licitra señala que Facundo tiene problemas de personalidad derivados de su condición sexual. Para dar un ejemplo, se lo enviaba a practicar rugby, algo que –dice el estudio– no encajaba con su personalidad. Pero al mismo tiempo, según relató ayer el defensor de Facundo, Marcelo Brito, “la pericia señala que no tiene ningún rasgo parafílico ni perverso que lo pudiera llevar a cometer delitos como, en este caso, el abuso sexual en perjuicio de su madre. Tampoco se hallaron rasgos psicópatas que pudieran llevarlo a cometer el homicidio”. En la fiscalía, en cambio, son menos categóricos: “Se trata de un estudio importante, que nos permite valorar de manera precisa las pruebas reunidas hasta ahora en el expediente”.

Uno de los referentes en materia de psiquiatría forense en la Argentina, Mariano Castex, en su momento se opuso en forma vehemente a la realización del estudio. “Con la prueba psiquiátrica se está buscando la quinta pata al gato. Primero tienen que encontrar las cuatro patas principales, o sea pruebas sólidas contra ese joven.”

Es por ello que la principal batalla se sigue desarrollando en el terreno genético. El punto clave es que las muestras más importantes de pelos, un líquido que parecía semen y otros elementos se mandaron en enero a Estados Unidos al FBI. La organización norteamericana lleva diez meses sin contestar, lo que produce la lógica furia del fiscal, la defensa y los padres de Nora Dalma-sso. En Estados Unidos hay mucha disconformidad con los atrasos de las pericias que hace el FBI, especialmente en casos resonantes.