Miércoles, 10 de octubre de 2007 | Hoy
EL MUNDO › POR DIVISIONES INTERNAS Y LA APARICION DE UN PARTIDO DE IZQUIERDA
Por José Comas *
desde Berlín
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), que a finales del mes de octubre celebrará un importante congreso en Hamburgo para renovar sus dirigentes y el programa, sigue hundido en los sondeos de intención de voto. Al mismo tiempo, el SPD atraviesa una crisis de liderazgo que deja en entredicho a su presidente, el primer ministro de RenaniaPalatinado, Kurt Beck, de 58 años, y además se abre una profunda división sobre la línea que debe seguir el partido. En vísperas del congreso de Hamburgo, los socialdemócratas alemanes discuten sobre si avanzar en el programa de recortes sociales Agenda 2010, iniciado por el canciller Gerhard Schröder en el gobierno, o dar marcha atrás para recuperar el voto de la izquierda y a los descontentos.
El presidente del SPD Beck no pudo aguantar más. Indignado por el fuego amigo y las emboscadas de algunos de sus compañeros de partido, Beck dio un puñetazo en la mesa en una reunión de la presidencia en Berlín y pronunció una frase que hizo las delicias de la prensa y ocupó los titulares: “No estoy dispuesto a soportar esta mierda por más tiempo”. Beck tiene una apariencia apacible, de gordo bueno, pero la permanente puesta en tela de juicio desde sus propias filas de su capacidad para dirigir el SPD le agotó la paciencia. En posteriores entrevistas Beck explicó el motivo de su exabrupto: “Alguna gente de tercera o cuarta fila se esconde tras los arbustos y dice cosas más o menos inteligentes, pero irresponsables. No voy a tolerar que se entorpezca el trabajo de construcción en el que estamos empeñados”.
Lo de tercera o cuarta fila es un eufemismo. Beck podía haber pronunciado con más propiedad la histórica frase “el enemigo está dentro”, incluso en la primera línea del SPD. Apenas un par de días antes de la bronca de Beck, dos de sus futuros vicepresidentes, el ministro de Exteriores, Frank Steinmeier, de 51 años, y el de Hacienda, Peer Steinbrück, de 60, que saldrán elegidos en el congreso de Hamburgo, más su antecesor en el cargo de presidente del SPD, el primer ministro de Brandeburgo, Matthias Platzeck, de 53 años, presentaron en la sede del partido en Berlín un libro con el título A la altura de los tiempos. Llamó la atención la ausencia de Beck en un acto que congregó a las primeras espadas del partido y que no figurase entre los autores de un libro que contiene una propuesta programática que consiste en continuar la línea trazada por el gobierno de Schröder con la Agenda 2010 de recortes sociales para sanear las cuentas públicas y la seguridad social.
La izquierda del SPD, representada por la futura vicepresidenta Andrea Nahles, de 37 años, y el diputado Ottmar Schreiner, de 61, se oponen a las propuestas del trío Steinbrück-Steinmeier-Platzeck. Sostiene Schreiner la necesidad de corregir las reformas que introdujo el canciller Schröder: “Tenemos que mirar adelante y si algo salió mal hay que tener el valor de corregirlo”. El deslenguado ministro de Hacienda Steinbrück calificó de “llorones” a los que se oponen a llevar adelante el programa de recortes que, según sus defensores en el SPD e incluso sectores de los socios de gran coalición democristianos (CDU/CSU), ha sentado las bases de la actual recuperación económica. En esta división en las filas socialdemócratas, Beck ha optado por situarse al lado de la izquierda del SPD y ha propuesto modificaciones en la Agenda 2010 tales como aumentar el período de percepción del seguro de desempleo.
Para peor, ha irrumpido La Izquierda, el partido formado por los poscomunistas del Este y los socialdemócratas decepcionados del oeste de Alemania, que encabeza Oskar Lafontaine. Los últimos sondeos dan a La Izquierda una intención de voto del 12% que se produce a costa del SPD.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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