El subcomisario de la policía neuquina Aquiles González declaró ante el juez que investiga el asesinato del profesor Carlos Fuentealba que “yo ordené que paren el vehículo (donde iba Fuentealba) pero que no le disparen. No tenía sentido disparar”. El mismo oficial –quien es el primero en romper la cadena de silencio ante el juez Cristian Piana– aseguró que “el Fiat 147 trató de embestirnos” y que también “ese auto iba a mayor velocidad que los demás vehículos” en la caravana de automóviles, principalmente de docentes, que se alejaba del cruce de Arroyito hacia Senillosa sobre la ruta nacional 22. González confirmó que la orden a la policía neuquina apostada el 4 de abril pasado fue “evitar el corte de ruta (por parte de los docentes) en el lugar donde se pretendía hacer”. “La orden provino de los mandos superiores, es decir del gobernador Jorge Sobisch”, afirmó el oficial.

El testimonio de González es trascendente porque es uno de los jefes del grupo especial de la policía provincial Despo que intervino el día de la represión en abril de este año. El subcomisario declaró más de tres horas ante el juez Piana en presencia del fiscal Richard Trincheri y de su defensor Gustavo Lucero. Luego del interrogatorio al oficial, se supo que la decisión de que éste declare fue institucional, ya que fue avalada por el jefe de la fuerza provincial comisario mayor Rolando Figueroa.

El abogado Lucero dijo a la prensa luego de la declaración de su defendido que “cuando (el subcomisario) González advirtió que el Fiat 147 intentaba embestirlos, él mismo les gritó a sus compañeros que tuvieran cuidado”. Siempre según su relato, “en eso el automóvil le pisó el pie al oficial Cristian Vázquez Salinas”, quien es otro de los acusados que aún no prestó declaración. Y fue en ese momento que González dio la orden de detener al Fiat 147. “La orden existió pero nunca hubo una orden de que disparen”, afirmó Lucero.

El mismo abogado Lucero explicó a la prensa de qué manera se identificó al cabo primero José Darío Poblete, quien presuntamente es el que tiró la granada de gas lacrimógena que impactó en la cabeza de Fuentealba, provocándole la muerte un día y medio después. “Al día siguiente de los hechos –relató el letrado–, cinco efectivos de los grupos especiales (de la Despo) de Cutral Có le dijeron a su jefe que había sucedido algo inusual: un integrante de otro grupo (Poblete pertenecía al grupo especial de Zapala) se había sumado a ellos.” “El dato llegó al superintendente de Seguridad Adolfo Soto, quien puso en conocimiento de esto a la fiscalía. Les tomaron declaración a esos efectivos (de Cutral Có) y (el cabo primero) Poblete fue detenido.”

Gustavo Lucero es abogado de la jefatura de policía provincial de Neuquén. Además del subcomisario González, defiende a varios altos oficiales de la fuerza involucrados en el caso Fuentealba. En sus explicaciones públicas, detalló que el día de la represión sobre la ruta 22 “el que dio las órdenes operativas fue el entonces jefe Carlos Zalazar”.”La misión que tenía la policía era impedir un corte de ruta en la rotonda de Arroyito y que no se dejaran caminos alternativos” siguió el abogado policial, remarcando finalmente que “la orden provino de los mandos superiores, es decir del gobernador Jorge Sobisch. Impartir directivas de ese tipo es materia de competencia política. La manera en que se ejecuta se va viendo en el momento”.

Ayer el gobernador Jorge Sobisch aseguró que el asesinato de Fuentealba no lo afectó políticamente. “Tengo una imagen de más del 65 por ciento positiva en mi provincia porque me puse al frente de los acontecimientos”, sostuvo. El candidato a presidente también dijo que “el pueblo de Neuquén así lo entendió, porque yo siempre salí con la verdad y no le eché la culpa a nadie”.