EL MUNDO › EN BRASIL POSPONEN LA VOTACION POR EL MERCOSUR

Filosa discusión sobre Caracas

El tema armamentístico adquirió tal repercusión en Brasilia que los diputados decidieron ayer volver a posponer la aprobación del ingreso de Venezuela al Mercosur, para pedir explicaciones al gobierno nacional. Desde el principio de su discurso, el ministro de Defensa, Nelson Jobim, intentó bajarle el tono al tema. “Nuestros vecinos son socios y amigos”, señaló, buscando no referirse exclusivamente a Caracas. Se refirió a la histórica demanda de los militares brasileños para más inversión en tecnología y recordó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva siempre ha defendido la necesidad de un mayor desarrollo de la industria de Defensa.

El objetivo de ayer de Jobim era dejar en claro que para el gobierno de Lula para Brasil no hay carrera armamentística en la región. Así lo afirmó el funcionario al comparecer ante la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa de la Cámara de Diputados para explicar las versiones que estuvieron difundiendo medios brasileños y extranjeros en los últimos días. Jobim señaló que la duplicación del presupuesto militar no se debe a una tensión con Venezuela, como sostenía gran parte de la prensa, sino que es un esfuerzo más para el desarrollo de la industria nacional. “Si Venezuela está o no comprando armamento, es un problema suyo”, fue lo único que contestó el ministro con respecto a Caracas, un férreo aliado del Palacio del Planalto.

Las palabras de Jobim eran diametralmente diferentes de las advertencias que había lanzado el ex presidente y actual senador socialdemócrata José Sarney sólo un día antes. “Es un peligro para Brasil y para América latina que tengamos una potencia militar instalada en el continente”, había dicho en referencia a Venezuela. Pero lo que realmente preocupó al gobierno de Lula fue cuando amenazó con hacer boicotear la votación para el ingreso de Caracas al Mercosur. Por eso, el oficialismo ayer no presionó para discutirlo en el pleno y optó por ceder a las presiones de la oposición y enviar al ministro de Defensa para calmar los ánimos.

Para hacerlo, Jobim no sólo rechazó las declaraciones alarmistas de los últimos días, sino que además intentó explicar con detalle para qué se utilizará el aumento del 53 por ciento del presupuesto militar. El Ministerio de Defensa pasará a tener una partida de 5714 millones de dólares, de los cuales 1609 millones serán destinados a inversión tecnológica. “Recuerden que cuando hubo el conflicto de las Malvinas, los misiles argentinos no funcionaron, porque la tecnología no fue transferida”, destacó Jobim. El ministro, en sus pocos meses de gestión, ha destacado varias veces la importancia de mejorar las capacidades de las fuerzas de seguridad, no sólo para una eventual guerra, sino para enfrentar la lucha contra los comandos narcos y el crimen organizado.

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