Sábado, 5 de enero de 2008 | Hoy
Los favoritos Clinton y Romney habían invertido tiempo y dinero en la primera elección primaria de la campaña en EE.UU., pero ganaron Obama y Huckabee, los candidatos de recambio.
El joven senador Barack Obama, que podría convertirse en el primer presidente negro de Estados Unidos, asestó un duro golpe a la senadora y ex primera dama Hillary Clinton, mientras el ex senador John Edwards hizo una buena elección en los caucus del pequeño estado rural de Iowa. En cuanto a los republicanos, ganó el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee en el inicio formal de la carrera para las elecciones presidenciales del próximo 4 de noviembre en Estados Unidos. Tras los resultados, los candidatos demócratas Chris Dodd y Joseph Biden anunciaron que abandonan la campaña electoral.
Obama logró el apoyo de 37,58 por ciento de los delegados de Iowa, dejando a su rival más cercano, Edwards, a casi diez puntos, 29,75 por ciento y Clinton a 29,47 por ciento, que acabó en un decepcionante tercer puesto, tras liderar las encuestas durante meses. La senadora y ex primera dama se declaró, no obstante, “optimista” de cara a las primarias que se celebrarán el próximo martes en New Hampshire y el resto de la campaña. El senador de Illinois, de 46 años, ganó en un estado donde el 95 por ciento de la población es blanca, tras presentarse como el candidato del cambio y de la esperanza, al tiempo que no cesó de recordar que no había apoyado en el Congreso la invasión de Irak como sus rivales Clinton y Edwards.
Huckabee, de 52 años, que registró un fuerte auge en el último mes gracias al apoyo de los evangelistas, derrotó al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, un mormón que encabezó durante varios meses las encuestas en Iowa. “Esta victoria demuestra que la gente es más importante que la billetera”, declaró Huckabee, que dispone de menos fondos que el empresario Romney para hacer campaña. En medio de una campaña republicana dominada por la lucha contra la inmigración clandestina, el ex gobernador, que ha sido pastor bautista durante 20 años, presentó hace un mes un plan de reforzamiento del control de la frontera, que recibió el apoyo del fundador de los cazainmigrantes Minutemen, Jim Gilchrist. Al ser interrogado sobre los resultados por el canal Fox News, Romney concedió la derrota: “Podría decir felicitaciones a Huckabee por la primera ronda y nos vemos en New Hampshire”, declaró, en alusión a las primarias que se celebrarán el martes en dicho estado donde Romney lidera las encuestas.
La próxima y segunda etapa de cara a la investidura para las elecciones del 4 de noviembre se anuncia más difícil para Huckabee en dicho estado de Nueva Inglaterra, donde los cristianos conservadores tienen menos influencia. Además, el senador republicano de Arizona, John McCain, efectuó una espectacular remontada en dicho estado, donde pisa los talones de Romney. En cambio, el otro favorito, el ex alcalde republicano de Nueva York Rudy Giuliani decidió no implicarse en la campaña en Iowa para invertir todos sus esfuerzos en otras primarias.
Giuliani ha sido la excepción. Los otros candidatos recorrieron sin descanso la tierra que vio nacer al legendario actor John Wayne, invirtiendo más de 40 millones de dólares en propaganda para arrancar el apoyo de los habitantes de este estado que representa el uno por ciento de la población de Estados Unidos. Con temperaturas exteriores de menos de 10 grados, los electores se reunieron durante una hora o dos en un total de 11.781 centros electorales, ubicados en cafés, iglesias o bibliotecas, para designar a sus candidatos para la investidura de ambos partidos para las elecciones del 4 de noviembre.
Este pequeño estado suele ser clave para las elecciones presidenciales, pese a que no es nada representativo del resto del país: su población tiene alto índice de agricultores y jubilados y bajo índice de minorías étnicas. Su raro sistema de votación en caucus constituye a la vez un ejemplo de democracia directa y un verdadero rompecabezas burocrático.
Los electores deben presentarse a votar todos al mismo tiempo y no a la hora que les conviene, como sucede en las elecciones generales o en las primarias en otros estados. Además, sólo pueden participar los que son miembros del Partido Demócrata o del Republicano. El fracaso en Iowa puede ser fatal para los aspirantes a la investidura partidaria para la carrera por la Casa Blanca. Y el éxito podría convertirse en un formidable trampolín, dado que cinco de los siete últimos vencedores en los caucus de Iowa resultaron ganadores de la candidatura presidencial de sus respectivos partidos.
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