Seguidores del presidente colombiano Alvaro Uribe buscan alargar el prolongado mandato del gobernante. La noticia se supo el miércoles por la noche, cuando el partido de la U (Unidad Nacional), el principal de la coalición que respalda a Uribe, dijo que busca reunir cinco millones de firmas para reformar la Constitución y conseguir una segunda reelección de Uribe. Luego de una masiva manifestación contra las FARC, sospechada de haber sido impulsada por el gobierno con fines electorales, el polémico anuncio despertó críticas de la oposición, mientras que desconcertó al Partido Conservador y al poderoso líder empresarial uribista Fabio Echeverry. “Es un error monstruoso”, señaló Echeverry, uno de los colombianos más ricos, que promovió las dos primeras campañas de Uribe.

No habían pasado 48 horas de la marcha antiguerrillera, cuando se supo el anuncio. En una reunión de 34 legisladores de los 52 que conforman la bancada parlamentaria del Partido de la U, la formación decidió por amplia mayoría impulsar un referendo popular con el fin de modificar la Carta Magna para habilitar un tercer período al mandatario. Actualmente Uribe cumple su segundo mandato tras haber sido reelegido en el 2006 con el 63 por ciento de los votos, un 10 por ciento más de los sufragios que obtuvo cuando ganó sus primeras elecciones en el 2002.

Según el dirigente de la U, el senador Carlos García, en los próximos días comenzará la recolección de firmas para pedir al Congreso que convoque a un referéndum. “Será el pueblo el que se pronuncie en las urnas. Si el pueblo reforma la Constitución habrá reelección, si el pueblo no lo aprueba no habrá posibilidad de reelección”, dijo. Apenas un día después de la movilización contra las FARC, la propuesta reeleccionista levantó suspicacias, pero el partido de la U no les dio crédito. “No tiene ninguna relación nuestra propuesta con la marcha, aunque ella demuestra que los colombianos apoyan la lucha contra las FARC, bandera de este gobierno”, aseguró el senador Luis Guillermo Giraldo.

Sin embargo, las aclaraciones de los uribistas no fueron suficientes para convencer a la oposición. Uno de los primeros en salir al cruce fue el portavoz del opositor partido Liberal, Héctor Elí Rojas. “Ya es hora de que el presidente Uribe desautorice esas propuestas antidemocráticas de algunos miembros del partido de la U que pretenden cerrar los canales democráticos para convertirlo en un caudillo”, dijo. Rojas calificó la propuesta uribista como una maniobra electoral para capitalizar la reciente protesta cívica. Su opinión coincidió con la del director de la ONG colombiana Habeas Corpus, Rafael Rincón Patiño, quien ayer advirtió que la marcha del lunes pasado convalidó el escenario de guerra propuesto por Uribe, al condenar sólo a las FARC.

En su respuesta, Rojas comparó a Uribe con su peor enemigo: el presidente venezolano Hugo Chávez. “Después de tanto enfrentamiento verbal entre ambos, definitivamente terminan pareciéndose”, señaló. Su comentario hacía referencia a las tensas relaciones entre ambos países y a la fallida reforma constitucional promovida por Chávez, en la que proponía su reelección. Desde la centroizquierda, la reacción fue similar. “No le hace bien a la democracia”, sentenció Jesús Bernal, del Polo Democrático.

Pero la noticia no sólo removió las aguas opositoras, también agitó las filas oficialistas. “Queremos que el presidente nos diga si esto se hizo a sus espaldas o no, porque él hasta ahora había dicho que no quería. Como presidente del conservatismo tengo el mandato de barajar candidatos presidenciales”, dijo el presidente del Partido Conservador, senador Efraín Cepeda. En tanto, el empresario Fabio Echeverri, considerado uno de los consejeros más cercanos de Uribe, criticó la iniciativa porque podría dificultar el mandato actual del presidente.