Margarita Stolbizer levanta la mirada y elogia las pinturas del café Barthó, cerca del Congreso. Algunas, por los colores, son parecidas a las que ella se dedica a pintar en vacaciones. Su distensión cambia cuando tiene que hablar de sus ex correligionarios: “La Coalición no debe ser el receptáculo de todos los fracasados, cómplices y engañados de la UCR”, lanza, en diálogo con Página/12. También reserva un párrafo para el Gobierno: “O estoy un poco chicata o no hay gestión”. Y otro para Mauricio Macri, a quien ve aliado a Daniel Scioli en cuatro años.

–¿Qué expresa el acuerdo Kirchner-Lavagna?

–Más de lo mismo. Es imposible que Lavagna pueda desembarazarse del compromiso que significa estar en la conducción del PJ, cuando se reorganiza para ser el sustento del Gobierno. Lavagna va a ser el aval del gobierno kirchnerista. Nada de lo que dice puede ser considerado seriamente. Lo suyo es lisa y llanamente una estafa a sus votantes. Además, su incorporación tiene que ver con darle más solidez a la cuestión económica en un año que no va a ser tan fácil.

–¿Piensa como Alfonsín, que va a haber dos ministros de Economía?

–No, no. Yo creo que va a cumplir un rol en materia económica también, pero no es sólo eso: va a darle sustento a todo el Gobierno.

–¿El pase de Lavagna los lleva inevitablemente a una alianza con la UCR?

–No digo que sea necesariamente, ni me parece que tenga que ser una cosa inmediata. Sí planteamos que es lo que debería discutir la UCR, pero tampoco creo que la Coalición deba ser el receptáculo de todos los fracasados, cómplices y engañados. Me parece que la CC tiene que abrirse para contener a los tres millones de votantes de Lavagna, pero no salir a la caza de dirigentes superestructurales. Quiero que ingresen los radicales, pero no que termine en una negociación con los que fracasaron y están buscando un lugar para acomodarse.

–¿Morales tendría que renunciar, como le pidió Cobos?

–Por supuesto, es imposible reorganizar al radicalismo con los mismos que lo llevaron a cometer errores tan pero tan grandes.

–¿Es su primera coincidencia con el radicalismo K?

–(Se ríe.) Posiblemente la única.

–A la UCR, sin embargo, se la ve más predispuesta a un acuerdo...

–A Morales no lo escuché tan abiertamente. Escuché de muchos radicales, con Alfonsín a la cabeza, en un acto de mezquindad tan grande como decir “mejor vayamos con el socialismo y no con la Coalición”, que es no querer reconocerle a Carrió sus condiciones de liderazgo.

–¿Se siente condenada a volver a la UCR?

–No me fui: yo abandoné el edificio, pero no el radicalismo.

–¿Qué lugar les queda a Alfonsín, Morales, Moreau? ¿El retiro?

–No, tampoco tienen que retirarse, pero sí dar espacio para que muchos radicales tengan mayor relevancia. No puede ser que los dirigentes más votados se enteren por los diarios de las decisiones del partido.

–¿En la CC esto no ocurre?

–La CC no es un partido. Los que tienen que garantizar los mecanismos democráticos son los partidos que integran la CC.

–Hay cierta fama de que existen demasiados “sí, Lilita”...

–Creo que los hay, por supuesto. Muchos dentro de la CC no tienen la disposición de discutirle o cuestionarle cosas a Carrió. Hay otros que sí lo hacen y hay ámbitos de discusión. A Carrió le endilgan cosas que no son reales: hubo una descalificación en los últimos días de Alfonsín...

–Dijo que Carrió era “una denunciante”.

–Claro, y la verdad es que Carrió demostró durante la campaña que tenía propuestas, equipos y planes de gobierno.

–¿Usted no está entre los que le “hacen la venia a Carrió”?

–Nadie le tiene que hacer la venia a nadie. Si en algún momento sintiera que la CC empieza a plantear posiciones de derecha, comenzaría a cuestionar. Pero nuestros programas son posiciones de centroizquierda.

–¿No estaría de acuerdo en una mayor cercanía con PRO?

–No hay posibilidad.

–¿Macri y Scioli terminan juntos en 2011?

–Para mí, sí: Macri, Scioli y De Narváez son el neoperonismo (sonríe).

–¿Qué diferencias tienen Macri y Scioli?

–Pocas.

–¿Carrió o Binner para presidente en 2011?

–A mí me gustarían como fórmula. Puede ser Carrió-Binner o Binner-Carrió.

–¿Cómo ve la gestión de Cristina?

–Por ahora, no la veo. O yo estoy un poco chicata o no hay gestión.

–¿La idea de que gobierna Néstor Kirchner es un prejuicio machista?

–No la comparto. La verdad es que no es así. Como mujer, ella tiene toda la capacidad y la legitimidad, pero sí creo que es un gobierno matrimonial, donde ambos ejercen el poder.

–¿Qué piensa de la denuncia de los autos truchos?

–El Gobierno hace muchos esfuerzos para no reconocer que la corrupción es propia. Deberían empezar por reconocer que los nombraron ellos...

–Carrió dijo que “les faltaron el respeto a los embajadores”.

–Si estaban implicados, había que denunciarlos.